Este arquitecto   ecuatoriano obtuvo el Premio Nacional de Cultura Eugenio Espejo en la categoría    Actividades Culturales.

Rodrigo Pallares Zaldumbide, quien logró que a Quito y Galápagos las nombraran patrimonios de la Humanidad, fue galardonado con el premio Eugenio Espejo. Es arquitecto, pero su vinculación para la preservación del patrimonio cultural se dio porque su amigo Filoteo Samaniego jamás olvidó una conversación que mantuvo en París, en 1948.

Los dos eran estudiantes, y en medio de una nevada, en un invierno que llegó a bordear los 17 grados bajo cero, pensaban lo que harían al regresar. Rodrigo le había dicho a Filoteo que sería interesante hacer jardines como los de París y restaurar las iglesias de Quito.

Solo 25 años después, en 1973, Samaniego, quien era titular honorario de la Dirección de Patrimonio Artístico de la Casa de la Cultura, recordó ese deseo de Pallares y lo recomendó para que se hiciera cargo formalmente de esta entidad.

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Pallares  estuvo al frente de esta institución  por  doce años. Durante ese tiempo recuperó cientos de piezas arqueológicas y artísticas que se habían sacado ilegalmente del país. Además hizo un catálogo de los bienes culturales del Ecuador.

En 1977, el Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco divulgó una lista de requisitos para escoger  los primeros tesoros  de la humanidad. Era un  listado muy exigente.

Rodrigo Pallares pasó casi un año recogiendo los datos precisos para que Quito y Galápagos fueran declarados patrimonios de la humanidad.

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Pallares recuerda que la primera vez que nombró a Quito como candidata hubo miembros del comité que jamás habían oído de esta ciudad andina. No ocurría lo mismo con Galápagos, lugar mítico por sus paisajes y por ser el sitio en donde Charles Darwin se inspiró para formular, años después, la teoría de la evolución de las especies.

“Lo más interesante de esto es que no conocía las Galápagos, así que recién allí tuve que viajar y quedé maravillado con lo que vi”, explica  Pallares, ahora que han pasado 31 años de esa  experiencia.

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Pepé Carrión, esposa de Pallares, recuerda que la misma Unesco fue la que dio un impulso  a las postulaciones de Quito y Galápagos, ya que decidió hacer en la capital ecuatoriana un seminario de Patrimonio Cultural y Nacional, que se llevaría a cabo en Quito, para lo que invitaría a quince periodistas de los medios de comunicación más importantes del mundo.

Así, los trabajos de preservación del patrimonio local se dieron a  conocer en periódicos como el parisino  Le Monde  y el  New York Times,  y también en la televisión de Irán,   referente en el mundo árabe.

 Ellos llegaron en mayo de 1978 y luego enviaron sus reportajes a Pallares, quien pudo incluir esos trabajos en la carpeta de la postulación, en la fecha límite, la primera semana de julio de 1978.

El 8 de septiembre de ese año, en la reunión de la Unesco en Washington, se votaron las postulaciones. En un principio se habían presentado 69 carpetas,  al final quedaron 12 con informe favorable, entre ellas Quito y Galápagos. Otra de las ciudades galardonadas fue Cracovia (Polonia), que al igual que Quito se había postulado por su centro histórico.

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En el camino quedaron París, Roma, y lugares como las Pirámides de Egipto, que tuvieron que esperar    años   hasta ser declaradas patrimonios.

EDAD
83 años.  Nació en Quito el 18 de abril de 1925. 

ESTUDIOS
Ingeniería en la Universidad   Central del Ecuador y    arquitectura en la Universidad de La Sorbona, en París.

FAMILIA
Está casado con Pepé Carrión. Tiene cuatro hijos,
8 nietos y 3 bisnietos.