Osetia del Sur

Tsjinvali, la capital de Osetia del Sur, tomada por tropas georgianas tras una ofensiva que se inició la noche del jueves, ayer era objeto de cruentos combates que dejan cientos de muertos  al entrar en acción tanques, soldados y unidades de artillería del 58 ejército ruso, que llegaron en apoyo de este enclave rebelde.

“Han muerto unas 1.400 personas. Este es el tercer genocidio del pueblo oseta cometido por Georgia”, aseguró Eduard Kokoiti, líder separatista, a la agencia rusa Interfax, mientras el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, aseguró que poblados de Osetia del Sur estaban siendo escenario de actos de “limpieza étnica”.

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Igor Konachenkov, portavoz de las fuerzas armadas rusas, informó que doce soldados rusos de una fuerza de paz en la región murieron y 150 resultaron heridos. Georgia admitió 30 soldados caídos.

El vocero del ministerio georgiano de Interior, Shota Utiashvilim, anunció inicialmente que tenían el control total de Tsjinvali, pero tras la réplica rusa admitió haber perdido partes de la ciudad” que ayer era centro de encarnizados combates.

La capital suroseta, de solo 30.000 habitantes, estaba en ruinas, sin agua, luz ni teléfono, por ataques de aviones y artillería de Georgia, el mayor aliado de EE.UU. en el Cáucaso.

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Georgia retiró ayer a la mitad de los 2.000 hombres que mantiene en Iraq para que luchen en el Cáucaso y movilizó a más de cien mil reservistas. Rusia envió un centenar de blindados y aviones rusos SU-24 que atacaron bases militares y poblados civiles georgianos.

Pilotos georgianos afirman que derribaron cuatro aviones rusos, pero Moscú lo niega.

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El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, afirmó que no permitirá la “muerte impune” de ciudadanos rusos y en Beijing, donde asistía a la inauguración de los Juegos Olímpicos, el primer ministro Vladimir Putin, amenazó a Georgia con “medidas de respuesta”.

Rusia concedió en los últimos años su ciudadanía a la mayoría de la población de Osetia del Sur y de la también separatista región de Abjasia, política que ha sido tachada por Tiflis como “anexión”.

La ofensiva del Ejército georgiano en Osetia del Sur llevó a la otra región separatista, Abjasia, a desplegar sus tropas en la frontera con Georgia, por temor a un ataque similar.

El líder abjaso Serguéi Bagapsh advirtió que “lo que ocurre hoy en Osetia del Sur, mañana puede pasar en Abjasia. Así no podemos seguir”.

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