Íngrid Betancourt, la franco-colombiana rehén de las FARC desde febrero del 2002, narró ayer cómo junto a otros 14 cautivos de las FARC fue liberada por militares. Dejó de describir este momento cuando el llanto le impidió hablar, mientras relataba que el jefe y los soldados que la liberaron, aún camuflados como guerrilleros, se identificaban y les dijeron: “Bienvenidos a la libertad”.