Hace cuatro meses, el arquitecto Daniel Libeskind declaró públicamente que los arquitectos deberían pensar antes de trabajar en China, y agregó: “No trabajaré para regímenes totalitarios”. Sus declaraciones desataron una controversia en su profesión, puesto que algunos arquitectos lo acusaron de hipócrita porque su propia firma recientemente colocó la primera piedra de un proyecto en Hong Kong.