La capacitación a catedráticos se quiere extender a todos los colegios y escuelas del país. La maestra Delia Granda, del Instituto Tecnológico Provincia del Tungurahua, confiesa que las clases de educación sexual que da a sus alumnos de la noche las imparte en forma empírica. Y esto se debe a que no había recibido la capacitación necesaria para dictarlas a sus estudiantes.

En este centro educativo, la educación sexual se imparte como una unidad de estudios dentro de la cátedra de Ciencias Naturales, únicamente en el décimo año.

“En el horario nocturno hay alumnos que incluso ya tienen pareja, por eso a ellos se les enseña cómo tienen que ponerse un condón. Para ello utilizamos hasta frutas”, confiesa sonriente y un poco avergonzada.

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Algo similar ocurre con la maestra Narcisa Navarrete, del colegio Modesto Carbo Noboa, en el Guasmo Sur. Allí las clases empezaron este año en octavo, noveno, décimo año y primero de bachillerato (cuarto curso). “Usamos láminas del cuerpo humano. Con ellas les explicamos las funciones de los órganos sexuales, los riesgos de una promiscuidad, así como la importancia de saber esperar hasta alcanzar la madurez emocional y mental antes de tener una experiencia sexual”, refiere.

Navarrete y Granda fueron parte de los 80 maestros que recibieron, desde el martes hasta el viernes de esta semana, el primer taller de capacitación del Programa Nacional de Educación de la Sexualidad y el Amor (Pronesa). Este programa forma parte del Fondo Global VIH/sida, el Proyecto Univida, Care Internacional y la Dirección Nacional de Educación Regular y Especial.

La Dra. Olga Franco, jefa de Pronesa y funcionaria de la Dirección de Educación, indica que esta capacitación forma parte de un gran plan que se inició en el año 2006.

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El 10 de agosto de ese año el Ministerio de Educación institucionalizó la educación sexual en los centros educativos fiscales, particulares, fiscomisionales y municipales, en educación básica y bachillerato.

Esto se logró por el acuerdo ministerial 403, con lo cual se cumplía con la Ley sobre Educación de la Sexualidad y el Amor, el Plan Nacional para la Educación de la Sexualidad y el Amor y el Plan Nacional para la Erradicación de los Delitos Sexuales en el ámbito educativo.

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En ese año, el Ministerio de Educación firmó un convenio con el Fondo Global de las Naciones Unidas para implementar la educación sexual en los planteles educativos del país.

También se convocó a 8.000 maestros de escuelas y colegios de toda la provincia del Guayas para asistir a talleres de capacitación sobre sexualidad. Cada plantel envió dos delegados, a quienes se les facilitó la guía pedagógica referente a temas de sexualidad, tanto de primaria como de bachillerato, “pero algunos no asistieron a dicha capacitación”, se quejó la funcionaria.

De hecho, dos años después de esta experiencia, en este último taller de capacitación a docentes, se evidenció el desconocimiento de algunos maestros en el tratamiento de temas sexuales.

“Algunos hablaron de hacer el amor al simple hecho de tener sexo (relaciones sexuales) con alguien y no necesariamente con la pareja”, refirió el Dr. Luis Alberto Abad, jefe de Educación para la Salud, de la Subsecretaría del Litoral.

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En el tema de la masturbación, Ivi Valencia, del Ana Paredes de Alfaro, coincidió con la Dra. Yolanda Guerrero, de Care Internacional, sobre la importancia de inculcar a los chicos que su energía debe ser canalizada en varios deportes, actividades musicales o artísticas, para que no incurran en este hábito. Aunque Valencia confesó que jamás les ha hablado a sus alumnas de aquello.

Otro tema que también llamó la atención fue el sida. “Todos estamos expuestos a la enfermedad”, aclaró María Belén Duchi, de Care Internacional. “Nos dijeron que ya no debemos hablar de los grupos de riesgo, sino de una situación de riesgo. Es decir, que no solo los homosexuales y gente promiscua puede contagiarse, sino que todos somos susceptibles de contagiarnos”, acotó Débora Amagualla, del Joaquín Gallegos Lara.

Nuevos libros
También, en el taller, algunos maestros discutieron sobre el contenido de los libros que se repartieron en el 2006, sobre educación sexual. Dos de ellos,  Aprendiendo a prevenir  y  Mi sexualidad,  para octavo y noveno año, respectivamente, aún se utilizan en algunos centros educativos.

En uno de los textos se observa a un joven poniéndose un condón, algo que para Mario Monteverde, profesor de ética médica de la Universidad Católica de Guayaquil y orientador familiar, resulta precoz para alguien de solo 12 o 13 años. “No se debe separar la sexualidad de los valores”, expresó.

Sobre aquello, Abad dijo que los textos deben utilizarse de acuerdo a la edad del alumno y con la guía del maestro.

A partir del 2009, en la Costa, se repartirán textos para maestros y alumnos, tanto para primaria como para secundaria.

Vicenta Bermeo
Orientadora del Patria Ecuatoriana
“A mis alumnos les hablaba de sexo, lo hacía con un poco de dudas, pero después de este taller voy con certezas”.