Sarro,  gingivitis, placa, cálculo y problemas cardiacos, respiratorios y estomacales se originan en las mascotas por una mala limpieza.

Si su perro o gato padece de mal aliento, tiene las encías inflamadas y rojas, los dientes amarillentos, pus entre las piezas dentales y no quiere morder sus juguetes es probable que padezca de alguna enfermedad bucal, la cual puede generarle problemas cardiacos y estomacales y hasta acortar su vida.

Para evitarlo, es necesario asearle los dientes (con pasta o gel para mascotas), revisarle la boca y llevarlo al médico para un chequeo completo por lo menos una vez al año, indican especialistas consultados.

Al igual que en los humanos, en los animales se desarrolla con mayor frecuencia el sarro, la placa y la gingivitis, explica el veterinario Álex Icaza.

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“Recibo muchos pacientes con gingivitis (inflamación e infección de las encías), que es producida por la acumulación de bacterias, saliva, hongos y formación del sarro, que se da en quienes consumen alimentos caseros y blandos, y cuyas piezas no han sido cepilladas. Lo más grave es que la infección puede llegar a la raíz de los dientes y dañar la pieza y el hueso”, señala Icaza.

Pero antes de llegar a ese estado, el animal primero presenta sarro y placa dental, asegura Nancy Cuesta. “Los dulces y golosinas para humanos que por  lo general le dan los niños a los perros y gatos contribuyen a la formación del sarro. El color amarillento en los dientes o pardo negruzco es uno de los signos más visibles de los problemas bucales”, dice Cuesta.

El cálculo dental también se presenta con una tonalidad amarillenta, expone el veterinario Carlos Montalvo. “Se forma por la acumulación de minerales que hacen proliferar a las bacterias”, relata.

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Para eliminarlos, a más de tratarlos con medicina, hay que hacer una limpieza profiláctica, que dura entre 30 y 45 minutos, dependiendo de la gravedad.

“Se anestesia al paciente antes de blanquearle los dientes. De ahí se hace una limpieza con un equipo especializado llamado cabitrón, luego se pulen los dientes con una turbina, para que recuperen su color natural”, acota Icaza. Su costo oscila entre los $ 40 y $ 50.

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Las fracturas dentarias, piezas montadas, objetos adheridos a los dientes y retención de los temporales son otras de las molestias comunes, cuenta Cuesta. “Cuando presentan problemas de ortodoncia hay que extraer los dientes que están demás, para que no dañen las encías del animal”, anota.

Las piezas normales de un perro adulto son 32 en total. “Al mes empiezan a salir los dientes que llamamos de leche, los cuales crecen hasta los dos meses y medio. Luego de este tiempo comienza el cambio por permanentes hasta los siete meses y medio, cuando termina la formación dentaria”, añade.

“La falta de calcio o mala alimentación hace que las mascotas pierdan sus dientes prematuramente”, agrega Montalvo. “Un perro por vejez empieza a mudar sus dientes, pasados los diez años”, asegura.

Insuficiencia cardiaca, gastroenteritis (vómitos y diarreas), problemas respiratorios y pulmonares son las consecuencias más graves que pueden acarrear las enfermedades bucales no tratadas a tiempo.  Para evitarlas, hay que lavarles los dientes desde cachorros, al  menos tres veces a la semana.

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Cuidados

Limpieza
Si no tiene los productos adecuados para el aseo, puede optar por mojar el cepillo de dientes en un poco de agua con bicarbonato de sodio y proceder al cepillado.

Alimentación
Los huesos de cuero, croquetas, paletas o alimentos de sabores elaborados son una alternativa para endurecer y limpiar las piezas dentales de los animales. Utilice productos secos en su dieta diaria. No comparta su comida con la mascota.

Pasta dental
Use gel antiplaca o pasta apropiada para mascotas. No se recomienda la crema de humanos porque irrita el estómago.