Reclusos de una cárcel paraguaya se amotinaron por cuatro horas este viernes para denunciar abusos físicos por parte de los vigilantes y exigir una demanda inusual: más encuentros íntimos con sus parejas.

En la protesta en la prisión  Esperanza, de la periferia capitalina, los presos tomaron como rehenes al director y a un par de funcionarios de la cárcel, pero la medida terminó tras una negociación y sin mayores consecuencias, informaron las autoridades.

El ministro de Justicia, Derlis Osorio, dijo a radio Ñandutí que  felizmente el amotinamiento terminó sin muertos ni heridos. En las negociaciones, accedimos a los pedidos de los internos que, en realidad, no son excesivos.

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La propuesta de los negociadores para convencer a los presos de que depongan el motín incluyó el procesamiento de los guardias que los maltrataron y la derogación de una reglamentación que obligaba a los visitantes a desnudarse para ingresar a la cárcel, dijeron medios locales.

El director de la cárcel, Osvaldo Sánchez, señaló que  los internos denunciaron abusos físicos de parte de los vigilantes y pidieron más relaciones sexuales con sus parejas, pero éste es un establecimiento en donde se trabaja, por tanto hay que dormir para descansar.

"Los encuentros íntimos están reglamentados y deben ser diurnos, pero creo que los amotinados son unos pocos que no se adaptan a las normas de trabajo", explicó.

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En la cárcel, ubicada en el barrio Tacumbú, los reclusos son instruidos en la elaboración de artesanías diversas, en el manejo de máquinas industriales para la fabricación de ropas y otros productos, recibiendo una paga mensual de dinero en efectivo (aproximadamente 150 dólares).

El 30% de ese pago es depositado en forma obligatoria en una cuenta de ahorros de un banco local para que los reos lo utilicen cuando recuperen la libertad.