La nación asiática sufre la peor tragedia de su historia, que afecta una amplia zona.

La televisión estatal birmana incrementó ayer a más de 15.000 la cifra de muertos por el ciclón tropical Nagris, que asoló el sábado pasado el sur del país y ha dejado también decenas de miles de desplazados y ciudades enteras aisladas.

Al menos 10.000 personas han perdido la vida y cerca de 3.000 están desaparecidas solo en la división de Ayeyawaddy, el área más devastada.

Las autoridades declararon el sábado el estado de excepción en las regiones de Irrawaddy, Pegu, Rangún y los estados Karen y Mon.

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A última hora de anoche, el régimen militar dio la bienvenida a la ayuda extranjera, aunque 800 toneladas de arroz siguen paradas en los almacenes del Programa de Alimentos de Naciones Unidas, a la espera del visto bueno de las autoridades para que sean distribuidos.

Ayer también estaba prevista la llegada del primer cargamento de alimentos, medicinas y demás material de emergencia de Tailandia, uno de los mayores socios del régimen militar.

La Junta Militar, que mantiene tensas relaciones con Estados Unidos, la Unión Europea y otros gobiernos por las presiones que recibe para que acepte reformas democráticas, aceptó el auxilio humanitario.

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La población en las zonas afectadas vive desde hace tres días sin suministro de agua y de electricidad y los precios de las artículos básicos se han disparado debido a la escasez.

En Rangún, la mayor ciudad del país con unos cinco millones de habitantes, parece como si hubiera tenido lugar una batalla, según los testigos.

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La cifra de muertos que el gobierno reportó ayer era de 3.939 y otras 2.879 personas estaban desaparecidas en una sola ciudad, Bogalay, en el área del delta del río Irrawaddy, donde la tormenta causó los peores daños.

El ciclón Nargis azotó el sábado pasado la nación del sureste asiático, con vientos de hasta 193 kilómetros por hora. Arrancó los techos de centenares de casas, dañó hoteles, escuelas y hospitales en Yangon, la ciudad más grande del país, que quedó sin electricidad.

Los poblados rurales fueron los que más sufrieron, pero aún no se determina la magnitud por las dificultades para acceder a ellos.

Diplomáticos extranjeros declararon que el canciller Nyan Win aceptó la posibilidad de 10.000 muertos en una cita ante delegados de la ONU y agencias internacionales de ayuda.

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Los funcionarios, que hablaron a condición de anonimato porque la cita se dio a puerta cerrada, dijeron que el canciller reconoció 59 muertes en Yangon, la mayor urbe del país.

Los monjes budistas
Cientos de monjes budistas, que desde el 2007 protestan contra el régimen, ayudan en la remoción de escombros.

El país
A Myanmar o Birmania, país asiático que limita con China, Laos, Tailandia, India y Bangladesh, lo gobierna una dictadura desde 1962 y para este domingo estaban previstas elecciones, las primeras desde 1990, cuando ganó la oposición al régimen militar, pero este continuó en el poder.