Crimen organizado compra ilícitamente basura de toda Italia y la dispone en la ciudad, sin control.

Las montañas de toneladas de basura que sumergen desde hace dos semanas a Nápoles, ciudad considerada la capital del sur de Italia, son el emblema de una ciudad sin ley, donde dominan la mafia, los industriales y políticos corruptos.

Nápoles se ahoga entre bolsas de basura, desechos, papeles y desperdicios que desprenden un olor nauseabundo, y que han obligado al gobierno italiano a enviar al ejército para  remover parte de las montañas de desechos acumuladas para enviarlos a otras regiones del país.

Pero esta decisión provocó enfrentamientos cuando residentes de la isla de Cerdeña se enfrentaron con la policía por un barco cargado con desechos que llegó desde Nápoles el jueves en la noche.

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Cerdeña fue una de las primeras regiones en aceptar parte de las 100.000 toneladas de basura acumuladas en Nápoles.

El impresionante drama social se convirtió en una prioridad para el  gobierno de centroizquierda de Romano Prodi, que fue sancionado por la Comisión Europea por violar la legislación comunitaria de desechos, caso único en Europa.

Las oficinas públicas, escuelas y residencias  privadas bloqueadas comenzaron a ser limpiadas desde el jueves, aunque expertos advierten que para normalizar la situación “se  necesita al menos un año”.

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Asunto de la camorra
La crisis de los basurales se repite desde hace 14 años e involucra a la poderosa mafia local o Camorra.

El plan del gobierno no parece  resolver el problema de fondo: la basura se pudre o quema desprendiendo un humo tóxico que en realidad “vale oro”, como confesó el mafioso Nunzio Perrella a inicios de los noventa, sin que nadie escuchara.

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“La Camorra comprendió que con los desechos se pueden ganar fortunas”,  admite 20 años más tarde el abogado napolitano Massimiliano  Marotta, dirigente de la asociación de defensa de los derechos de los  ciudadanos Napoli Assise.

Estudios demuestran que la región de Campaña, donde está Nápoles, se  ha llenado de basura procedente de media Italia, enviada por empresas que se  libraban de los residuos, incluso tóxicos, pagando 10% ó 20% menos del precio de mercado.

La Camorra ofrecía un servicio más económico porque se limitaba a enterrar los desechos en botaderos e ilegales, sin cumplir normas específicas, gracias a los pocos controles y a la corrupción de los  administradores y políticos locales.

Expertos acusan a los dirigentes políticos de ineptos y denuncian la codicia de los industriales italianos, que aceptaron  la situación por años. Las alcaldías tampoco resolvieron el problema pese a los fondos enviados por la Unión Europea.

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Las violentas protestas de la población, que rechaza la reapertura de  nuevos vertederos por el temor de enfermedades, malformaciones y leucemias,  demuestra que la solución aún está lejana, dicen ecologistas.

Para la Organización Mundial de la Salud, en la región de Campaña las  posibilidades de morir por cáncer son hasta 12 veces superiores al resto de Italia por el alto nivel de dioxina y sustancias tóxicas en el aire.