En la carretera no se han retirado todos los obstáculos, pero  la circulación se normaliza.

Ahora son las mujeres las que tomaron la posta del reclamo en Dayuma.  Dicen que el paro suspendido al mediodía del viernes pasado, cuando a esa parroquia entraron  militares y policías ejecutando el  decreto de emergencia en la zona, no se ha terminado del todo.

Ellas esperarán máximo una semana para que los detenidos “injustamente” sean liberados  y empiecen a ejecutarse las obras ofrecidas por  las autoridades enviadas por el Gobierno.

De lo contrario, advierten,  van a organizarse para protestar, porque los hombres de la parroquia están escondidos por temor a que los apresen o se encuentran detenidos desde el pasado viernes, explicó Narcisa Carvajal.

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La protesta que duró  seis días, agrega,  se anunció  hace tres meses cuando la gobernadora de Orellana, Elisa Monar, faltó tres veces  a las reuniones que la población hizo para analizar la desatención del Ejecutivo.

Dolores Mora considera que no es justo que mientras   la riqueza nacional  petrolera sale de las parroquias de Dayuma, Inés Arango, Taracoa y Dorado –que también se unieron a las protestas–, no se las atienda en requerimientos básicos,  como una buena carretera de ingreso, ya que la que sale desde Coca está asfaltada hasta el km 20 y resta trabajar en más del doble de extensión; además de un adecuado sistema de agua potable, porque tienen que esperar a que llueva para recolectar el líquido.

“Tenemos que utilizar el agua del río Rumiyacu, que está contaminado por los derrames de petróleo”, sostiene  enseñando  las  piernas y brazos con un sarpullido que no desaparece a pesar de los medicamentos que se aplica y que atribuye a ese líquido. Por ello,  se une al clamor de un proyecto que evite más contaminación y recupere la vegetación de la zona.

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Judith Hidalgo se muestra desconfiada del cumplimiento de los compromisos adquiridos por  los ministros de Gobierno (e)  y de Defensa que estuvieron en la parroquia el viernes en la tarde para solucionar los problemas que aquejan a los 2.800 habitantes de Dayuma. “Cómo quieren que no hagamos revolución, si con el paro es la única manera de llamar la atención del Gobierno, que dice que la patria ya es de todos, pero en realidad por estas partes no se siente así”.

Esperan que el presidente  Rafael Correa  llegue alguna vez  a esas poblaciones para que  conozca la realidad de pobreza que tienen sus habitantes.