Un incendio provocado por los reclusos durante un motín en una cárcel de Argentina dejó al menos 33 muertos por asfixia y quemaduras y una veintena de heridos, entre ellos guardias, en un episodio iniciado con una protesta por deficientes condiciones de detención.

El fiscal encargado de la investigación Cristian Vittar confirmó que 33 reclusos murieron a raíz de la revuelta desatada la noche del domingo en el penal de Varones de la ciudad capital de la provincia de Santiago del Estero (centro-norte).

Antes, el juez en lo criminal Ramón Tarquini había informado sobre nueve heridos que habían sido hospitalizados.

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Todos los decesos fueron provocados por asfixia o quemaduras graves, de acuerdo a los informes forenses preliminares.

Varios de los muertos fueron encontrados en el suelo de los baños del pabellón con pañuelos o trapos mojados a modo de máscara sobre el rostro para protegerse de la humareda.

"Ingresaron a la cárcel ambulancias, bomberos y toda la guardia de infantería (policía antimotines)", dijo a la prensa Miguel Angel Torres, abogado de presos.

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El juez Tarquini inspeccionó los pabellones del penal: "La situación ha sido controlada. No ha habido disparos y los internos están en sus celdas. Hemos trabajado con el fiscal y recorrido todas las secciones del penal escuchando reclamos y tomando nota", dijo.

La justicia investiga si los reclamos de los presos motivaron el motín o si fue un intento de fuga reprimido, como indicó el ministro de Justicia del distrito, Ricardo Daives.

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El trágico episodio se desató cuando los presos prendieron fuego colchones para protestar por las condiciones de detención y las llamas se extendieron sin control por el pabellón que los alojaba, ocupado por encausados por robo a mano armada y homicidio, entre otros delitos.

Entre los principales reclamos, los presos pedían la agilización de sus causas judiciales, pues la mayoría está procesada pero sin fecha de juicio, admitió el juez.

El magistrado intentó además llevar tranquilidad a los familiares de presos que se agolparon frente a las puertas de la cárcel, en la ciudad de Santiago del Estero, 800 km al noroeste de Buenos Aires.

"Quédense tranquilos. Los internos están muy bien de salud, yo les he garantizado que no habrá ningún tipo de represión ni represalias", dijo el juez a decenas de mujeres que reclamaban información y protagonizaban escenas de desesperación y angustia.

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Durante toda la mañana se veía desde la calle cómo los reclusos volvían a encender frazadas que sacaban por las ventanas de algunos de los pabellones, antes de la llegada del juez.

El Penal de Varones es el mayor de Santiago del Estero, con una población estable de unos 500 presos.

En tanto, un recluso murió en otro motín desatado la madrugada del lunes en una cárcel de Formosa (nordeste), rápidamente controlado.

Otro motín carcelario había estallado en octubre de 2005 en Argentina con un saldo de 33 muertos en la prisión de Magdalena, en la provincia de Buenos Aires (centro-este).

En febrero pasado, la Corte Suprema de Justicia exigió al gobierno argentino que ponga fin a la grave situación carcelaria en Mendoza (oeste), denunciada en un informe de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, tras la muerte de 17 presos en 2004.

El alto tribunal había reclamado que se mejoren las condiciones de detención en la provincia de Buenos Aires, donde hay unos 25.000 presos, de los cuales 85% están sin sentencia firme.