Unas 6 mil personas viajan a Quito para protestar hoy frente al Congreso Nacional. Los manifestantes irán en buses facilitados por cooperativas y federaciones.

La actividad se reanudó ayer en la península de Santa Elena luego de tres días de paralización en protesta por la postergación en el Congreso Nacional del análisis del proyecto de provincialización.

La vía Guayaquil-Salinas fue abierta al tránsito, luego que a las 02:30 se hizo público un manifiesto en el que los tres alcaldes de la Península convocan a la movilización de los peninsulares hacia Quito.

A las 20:00 de ayer estaba prevista la salida de 30 buses hacia la capital desde los bajos de los municipios de Santa Elena y Salinas y del edificio del Comité de Provincialización en La Libertad. A ellos se sumarían otros 120 carros que partirán hoy, a la misma hora. En total viajarán 6 mil personas desde los puntos antes mencionados, así como de las cabeceras parroquiales de Salinas (Velasco Ibarra, Muey y Santa Rosa).

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La caravana sería encabezada por el ministro del Litoral, Ricardo Patiño, a bordo de su vehículo. Cisneros aclaró que esa fue la promesa que el secretario de Estado hizo el viernes en Villingota, pero que en las últimas horas no había dialogado con él para coordinar el traslado.

La medida busca presionar para que en el orden del día del Congreso se trate en segundo debate este proyecto, que busca constituir a la Península como la provincia 24.

La calma retornó ayer a la península de Santa Elena, luego de que los alcaldes de la región suspendieran la paralización indefinida de actividades y el bloqueo de las vías.

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Durante un recorrido efectuado en Santa Elena, La Libertad y Salinas se pudo observar un ambiente tranquilo.

El cese de la cadena radial (en la que participaron 10 emisoras y un canal de televisión) a favor de la provincialización y que llamaba a los ciudadanos a la movilización, ayudó a calmar los ánimos de los peninsulares que días atrás habían mantenido enfrentamientos con los elementos de la Policía Nacional.

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A las 07:10, en el puente de Villingota, punto central de las manifestaciones de los días anteriores, 190 policías desalojaron sin complicaciones a los últimos 20 protestantes que quedaban en el lugar, dejando de esta manera expedita la autopista Guayaquil-Salinas.

La noche anterior, los alcaldes Patricio Cisneros (La Libertad), Vinicio Yagual (Salinas) y Dionisio Gonzabay (Santa Elena) y los cientos de manifestantes que llegaron hasta Villingota, abandonaron el sector.

“El escenario de nuestra lucha se traslada a Quito”, sostiene el manifiesto elaborado por el Comité Ejecutivo de la provincialización de Santa Elena.

Cisneros aseguró que 6.000 habitantes de la región viajarán hasta Quito, en vehículos que han sido facilitados por la Universidad Península de Santa Elena (UPSE), cooperativas de transporte, federaciones de barrios, ligas cantonales, clubes deportivos e instituciones privadas.

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Logística
Dos ambulancias, con personal médico y paramédico de la Clínica Baste, acompañarán a los manifestantes con el objetivo de precautelar su salud.

En cuanto a los costos de alimentación, los gastos correrán por cuenta de cada persona. “Es una muestra del compromiso ciudadano por esta causa”, acotó Cisneros.

Alfonso Baste, presidente del Comité de Paro de La Libertad y coordinador de la logística, agregó que se ha calculado que entre hoy y mañana cada protestante invierta en alimentación un promedio de cinco dólares diarios.

Detalló que existe un remanente de alimentos (para cubrir entre 1.000 y 2.000 raciones) proveniente de las manifestaciones realizadas en los últimos días en Villingota. Esta comida consiste en agua, gaseosas, galletas, roscas, naranjas y pan.

También existen particulares que se han hecho presentes con donativos, como el caso de Carlos Saavedra, que entregó 120 porciones de comida y 500 sándwiches para los viajeros.

Pedido
Los asambleístas del movimiento PAÍS, en un comunicado, piden la renuncia del prefecto Nicolás Lappentti por su “incapacidad” para atender las necesidades de la Península.

Turistas
El paro aumentó el número de turistas en Playas, pero no como esperaban los servidores turísticos y hoteleros.