Jon Bon Jovi presentó en Venezuela su más reciente álbum en un concierto acústico para 700 personas, a beneficio de un museo capitalino, en el que también cantó el cantautor Franco De Vita.
  
El carisma, la energía y la voz impecable del astro del rock estadounidense se dejaron sentir la noche del martes en apenas ocho canciones, por espacio de una hora, en el exclusivo Salón Esmeralda de Caracas.
  
De Vita, en tanto, deleitó previamente a los asistentes por espacio de dos horas, y como suele hacerlo puso a cantar a todos los presentes.
  
El espectáculo íntimo de Bon Jovi, quien estuvo acompañado de una banda sustituta, contó con un sonido impecable y fue patrocinado por una marca de whisky a beneficio del Museo de Arte Colonial Quinta de Anauco.
    
Esta noche es realmente otra página en el libro de mi vida... Es bueno ser exitoso como artista, con otra gira, otro disco... Pero es más emocionante conjugarlo en acciones filantrópicas como esta que me trae aquí, manifestó el artista.
  
Los asistentes pagaron entre 600 y 800 dólares para disfrutar del espectáculo en un gran salón de baile pleno de luces de colores, bocadillos gourmet y tragos. La brevedad del show del estadounidense dejó a muchos descontentos.
  
Los organizadores explicaron que esto se debió a que Bon Jovi tuvo un retraso de dos horas. En conversación previa con la prensa, el cantante se disculpó, pero nadie explicó la razón de su tardanza.
  
Bon Jovi también desmintió un supuesto miedo a dormir en Venezuela y Colombia debido a la inseguridad.
    
Créanme, he viajado mucho las últimas horas, lo que más me gustaría es quedarme a dormir en Caracas, pero debemos partir cuanto antes para seguir la gira, afirmó el afamado rockero.
  
En el sitio del concierto las medidas de seguridad fueron bastantes estrictas. No se permitieron cámaras fotográficas, ni siquiera de la prensa.
  
En una suerte de bar gigante con 40 mesas de 10 puestos cada una, las paredes ostentaron pantallas gigantes que mostraron al cantante actuar en medio de una nube de humo, parte efectos especiales, parte del cigarro de los asistentes.
  
Bon Jovi dijo varias veces gracias en español y presentó tres canciones de su nuevo álbum, Lost Highway, así como cinco de sus grandes éxitos, entre ellos Its My Life y Halleluya.
  
Este fue el primero de tres conciertos que el cantante tiene previstos en Latinoamérica. El miércoles cantaría en Bogotá y el jueves en Ciudad de México.
  
Desde la década de 1990, Bon Jovi se ha involucrado con varias causas caritativas, entre ellas las Olimpíadas Especiales, la Cruz Roja Americana, la Fundación pediátrica Elizabeth Glaser para Niños con Sida y Habitat for Humanity.
  
En el año 2006, el cantante donó un millón de dólares para construir 28 casas para familias de bajos recursos que perdieron sus hogares con el paso del huracán Katrina.
  
Nacido en Nueva Jersey hace 45 años, Bon Jovi comenzó su carrera en el rock junto a su banda homónima a principios de los años 80.
  
La marca patrocinadora entregó un aporte en metálico a la Quinta de Anauco, representada por el presidente de la Asociación Venezolana de Amigos del Arte Colonial, Juan Carlos Sosa Azpúrua, para restaurar los jardines y continuar la misión del museo como centro de encuentro cultural y educativo para Venezuela.
  
La Quinta de Anauco ha sido conservada por venezolanos preocupados por el legado hispánico de su país desde el año de 1942.
  
En Colombia las ganancias del concierto irán a la fundación de carácter social Restrepo Barco y en México al Fideicomiso Pro Bosque de Chapultepec, que intenta rehabilitar el mayor parque público de la capital.
  
De acuerdo con el informe más reciente de su sello discográfico, Bon Jovi ha vendido más de 100 millones de discos en todo el mundo.
  
Se espera que comparta escenario con el artista argentino Fito Páez en Colombia y México, donde también cantaría el mexicano Aleks Syntek.