La población flotante en el cantón promedia las  veinte mil personas al día.

La zona urbana de Manta se expande a ritmo vertiginoso, según cálculos de la Municipalidad del cantón.

El crecimiento poblacional se evidencia en la zona sur de la ciudad donde se desarrolla una decena de nuevos proyectos urbanísticos.

Pero aquello contrasta con las invasiones que se multiplicaron durante los últimos cinco años. El caso más representativo fue la ocupación de terrenos ubicados en el sur del cantón en el 2004. Allí ahora viven unas mil personas que se asentaron en un sitio que bautizaron con el nombre de La Revancha.

Publicidad

El nuevo asentamiento informal se extiende sobre unas diez hectáreas de terrenos agrestes que eran de propiedad del alcalde Jorge Zambrano. Ahora hay hasta casas de ladrillos y a partir de febrero pasado una línea de buses parte desde este lugar para trasladar a sus habitantes al centro de la ciudad.

La mayoría de ellos labora en las procesadoras de pescado o se dedican al comercio informal. Se trata de personas que provienen de otros cantones manabitas como Santa Ana, 24 de Mayo, Jipijapa y hasta de Santo Domingo de los Colorados, en Pichincha.

El director de Higiene, Eulogio Mero, estima que unas diez mil personas se suman cada año a la población mantense. La cifra se calculó en función de la cantidad de basura que se genera en los hogares del cantón.

Publicidad

Hace una década se recogían 150 toneladas de basura diarias, pero aquella cantidad se incrementó en el 40%, ya que ahora se acumulan hasta 250 toneladas al día.

A esta población perenne se suman cerca de 20 mil personas que ingresan a la ciudad solo para laborar y por las noches regresan a sus hogares ubicados en diferentes cantones de la provincia.

Publicidad

El urbanista Jorge Cevallos cree que la ciudad crece de forma desordenada. “Hay que regular la expansión y visualizar la ciudad de aquí a veinte años.
Los proyectos como el puerto de transferencia y la modernización del aeropuerto atraerán más población por lo que se avecina una nueva ola migratoria”, explica.

Pero Miguel Camino, director de Planeamiento Urbano, niega esta posibilidad. “Queremos que la ciudad sea más densa y crezca más en altura sobretodo en el centro. Para eso creamos una ordenanza que promueve la construcción de edificios de más de cinco pisos. La idea es no crear un monstruo en el que sea difícil  dotar de servicios”, explica el funcionario.

Solo durante los últimos seis años se desarrollaron una media docena de invasiones. La última se concretó hace ocho meses cuando unas cien familias ocuparon 20 hectáreas de terrenos ubicados en el sureste del cantón.

Costa Azul, Delicias y Villamarina son algunos de los asentamientos informales. Este último se extiende en los alrededores de la Base Aérea Eloy Alfaro de Manta cerca del sitio donde cayeron los dos helicópteros en los que iban la extinta ministra de Defensa Guadalupe Larriva, su hija y otros cinco oficiales del Ejército.

Publicidad

Propiedades
La mayoría de personas que figuran en el Registro de la Propiedad como propietarias de tierras reclaman que para la devolución inmediata de sus predios hay que realizar trámites engorrosos, por lo que denuncian que las autoridades son inoperantes ante la ola de invasiones que hay en Manta.