El reencuentro con el romanticismo empezó media hora después de lo señalado. Eran las 20:30 del viernes pasado cuando se abrió el telón para contemplar el Tour Huellas 2007.

A esa hora, todas las localidades del coliseo Voltaire Paladines Polo estaban llenas, pero la gente seguía llegando.

El cantante ecuatoriano Marcos Urdiales introdujo al público en el pasado, entonando boleros y temas del interprete mexicano José José.

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Su show lo complementó con la actuación del maestro chileno Ernesto Guerra, quien demostró sus dotes con el arpa.

Una hora después salió al escenario el cantante quiteño Shairo, quien junto a su grupo siguió la línea del romanticismo con melodías de Leo Dan y Los Iracundos. Su carisma en el escenario robó muchos aplausos del público, que luego de 45 minutos le pedía “otra... otra”, y cerró con éxito la actuación de los artistas ecuatorianos.

A las 22:40 el fervor del público se mezcló con el intenso calor, atizado por las luces de los reflectores y los  flashes  de las cámaras. En ese ambiente los guayaquileños recibieron emocionados a una dulce y delicada Claudia de Colombia.

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Vestida de dorado, la cantante que triunfó en los  setenta y ochenta con temas como Tú me haces falta y Una historia de amor, mostró que aún conserva la voz y  profesionalismo que la llevaron al éxito. Sus canciones fueron coreadas por 45 minutos.

Luego hizo  su arribo, a las 23:40, la chilena Myriam Hernández. Altiva, regia y con un asentado carisma, la cantante hizo vibrar desde el inicio con su clásico El hombre que yo amo. El público coreó sus 19 canciones con la misma emoción de principio a fin.

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Cada tema tenía como antesala una historia de amor y desamor, dolor, celos y rivalidades, que generaba una mezcla de sentimientos.

Más de una lágrima rodó en canciones como Se me fue, No te he robado nada, Huele a peligro, Mañana, entre otras.

Myriam dejó todo en el escenario y luego de una hora y 35 minutos el público, que  no se cansó de aplaudirla y lanzarle flores, se sintió satisfecho.

CLAUDIA, SOFOCADA
La cantante colombiana no resistió el calor de Guayaquil, lo que provocó que se sofocara y tuviera que cortar su espectáculo, pues no fue suficiente con que la proveyeran de agua.
 
MÚSICA FOLCLÓRICA
Dentro de su repertorio Claudia entonó canciones folclóricas de Colombia y Ecuador. Sin embargo, el público coreó más Nuestra historia de amor, El cóndor y Tú me haces falta.

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