En 1978 se eligió la Carta Magna en un referéndum, en 1998 la hizo la Asamblea.

Desde el retorno a la democracia, el Ecuador ha tenido dos Constituciones Políticas. La primera, que fue aprobada a través de un referéndum, entró en vigencia en 1978 y desde allí hasta 1998 fue reformada por doce ocasiones.

En ese año, 70 asambleístas redactaron una nueva Constitución cuya elaboración tardó seis meses y desde su vigencia tuvo solo una reforma debido al candado constitucional que incluyeron los asambleístas.

Publicidad

Primera en 1978

La ‘Nueva Constitución Política’, cuyo proyecto fue elaborado por una comisión jurídica que en 1976 designó el triunvirato militar y que rigió en el Ecuador desde el 10 de agosto de 1979; y la que reformó la Asamblea Constituyente de 1998 son las dos cartas magnas del país en los últimos 28 años de vuelta a la democracia.

Antes de llegar a la presidencia de la República, el extinto Jaime Roldós Aguilera y Osvaldo Hurtado Larrea fueron partícipes del Plan de Reestructuración Jurídica del Estado, que comenzó en el Ecuador el 23 de diciembre de 1976, mediante Decreto Supremo Nº 995 del triunvirato militar que entonces gobernaba el Ecuador.

Publicidad

Hurtado estuvo en el grupo que redactó las leyes de Elecciones, Partidos Políticos y además el estatuto para el Referéndum. Roldós formó parte de la comisión que elaboró el proyecto denominado ‘Constitución de 1945 reformada’ y que estaba liderada por Ramiro Borja y Borja, hoy presidente de la Comisión del Control Cívico contra la Corrupción (CCCC).

Ese libro terció en el referéndum del 15 de enero de 1978 con el proyecto de ‘Nueva Constitución Política’, cuya redacción estuvo dirigida por Carlos Cueva Tamariz y al final se impuso en las urnas, según el Tribunal Supremo del referéndum.

Publicidad

Jaime Damerval, ex candidato presidencial, en ese entonces promovió el voto nulo. La razón, dice, la dictadura militar no devolvió al Estado el poder civil que había usufructuado y más bien consultó a un pueblo desconocedor del derecho sobre dos libros elaborados por personas, aunque excelentes, impuestas por los militares.

Segunda, en la Asamblea

En la de 1998 (que también tuvo como partícipe al ex presidente Hurtado), analiza  Gil Barragán Romero, la Constitución en la parte dogmática tuvo muy buenas ejecutorias, pero en la parte orgánica confirmó la hegemonía de los órganos del Estado.  Esto es lo que “no ha obrado bien a favor de la democracia y del sistema”, asevera.

Por ejemplo, dice Barragán, el país pasó años sin un Contralor, “todo porque no se ponían de acuerdo los partidos políticos, que son los que a la larga le han hecho mucho daño al país”.

Publicidad