El lojano Carlos Eduardo Jaramillo escribe por el deseo de escribir, cuando siente que tiene algo que sacarse de adentro.  Y no obstante esa filosofía,  este abogado de 74 años suma más  de una docena  de libros publicados y una  producción que está considerada entre  las  grandes  de  la poesía ecuatoriana.

Recientemente, la Casa de la Cultura Ecuatoriana matriz le ha publicado   una antología de su obra, en la colección Poesía junta. Dice que un día lo llamaron.  Le comentaron que estaba en la lista de  escritores que serían parte de la colección y le pidieron el material.

La selección de los poemas la hizo él mismo. Señala que  incluyó los que más le gustan. No están los de su primer libro, porque considera que no había nada rescatable. Indica que el  trabajo de escogimiento no le fue difícil, puesto que ya casi lo tenía listo: los poemas que suele leer cuando lo invitan a recitales. A esos les agregó otros y algunos tomó de la antología que le editaron en su natal Loja.

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Pero con este libro de la colección Poesía junta ha debido  enfrentarse a un hecho  que no le gusta: la presentación del volumen. Tenía previsto realizarla anoche. Es una exigencia de la Casa de la Cultura, refiere, y “hasta me da cierto recelo, como ya me había acostumbrado a eso de no lanzarlos”, se justifica.

El también ministro juez de la Corte Superior de Justicia, dice que antes casi no se acostumbraba presentar los  libros, algo que  ahora es común.  ¿Y cómo entonces se vincula con   los lectores? “No creo que tenga muchos lectores. Me siento satisfecho con publicar la obra y eso es todo, y si la leen y a alguien le agrada y le sirve, estoy muy contento con eso”, indica. Pero sí participa en recitales, sobre todo si son colectivos. Son momentos  para reunirse con sus amigos poetas.

Jaramillo manifiesta  que sus primeros libros se publicaron en Loja, pues a Guayaquil llegó a los 28 años, luego de haberse graduado de abogado. Aquí vino a ejercer la profesión y decidió quedarse. Y antes de estudiar leyes, ingresó a  medicina, “pero en esa carrera perdí el año con todos los honores”, dice entre risas.

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Se cataloga como  un escritor que se demora en publicar.  No tiene prisa. Desde hace cinco años junta un material para un nuevo libro, al que le hace falta la revisión final, y que se titulará Para atrapar la sombra de la amada, que contiene   poemas de amor.

En lo que sí no demora es en leer. Se declara un permanente lector de poesía. “Siempre tengo un libro de poesía y me parece extraordinario lo que escriben los poetas jóvenes mexicanos, argentinos y ecuatorianos”, menciona.