Desde 1993, por decreto ejecutivo 1.118 expedido en el gobierno de Sixto Durán-Ballén, el pasillo ecuatoriano celebra su día el 1 de octubre de cada año.

Según se explica en dicha resolución, la fecha fue establecida para recordar el nacimiento de Julio Jaramillo, registrado el 1 de octubre de 1935. Él, que murió el 9 de febrero de 1978, es considerado uno de los mayores exponentes del pasillo ecuatoriano.

Esta expresión musical, como anota en sus escritos el historiador Hugo Delgado Cepeda, procede de España y llegó a Colombia con los conquistadores vascos; “es una derivación de las tonadas españolas del siglo XVII”.

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Agrega que por lo dulce y melodioso de su apego al sentir popular, pronto lo nacionalizaron en Ecuador. “Pero, la época de su arribo no es precisa, ubicándosela antes de 1919, con la llegada de la banda del batallón Numancia, integrada por soldados granadinos a nuestras tierras”.

El tono melancólico que caracteriza al pasillo parece interpretar un temperamento siempre añorante, sentimental y tierno, pero antes no era así, sostiene Delgado. Análisis muy parecidos  ofrecen los autores Juan González, Alejandro Pro Meneses, Wilma Granda y Francisco Correa Bustamante.

Los pasillos ecuatorianos más populares son, entre otros, Como si fuera un niño, El alma en los labios, Invernal, Tú y yo, Sombras, El aguacate, La oración del olvido, Romance de mi destino, Sendas distintas, De hinojos, Endechas y Alma Lojana.