Su contextura robusta no pasa inadvertida entre los jugadores más experimentados de Emelec. Y aunque paulatinamente sus condiciones futbolísticas y su nombre abandonan el anonimato, para Wimper Guerrero, de  24 años, el gol olímpico que le marcó a Liga (Q), la fecha pasada, le representa un grato recuerdo que espera repetir hoy cuando los azules enfrenten  al Macará en Ambato.

Para Guerrero, su anotación  ante los albos, en la sexta fecha del torneo nacional, no es su mejor gol. Al volante le brillan los ojos al rescatar de su memoria que un tanto de cabeza con su ex equipo, Venecia de Babahoyo (segunda categoría), pudo definir un partido en penales ante el Calceta de Manabí, el año pasado. 

“El Calceta  de Manabí nos derrotó 4-0, y en el partido de vuelta, en Babahoyo, estábamos arriba  3-0. Con mi gol de cabeza, luego de un tiro de esquina, igualamos y nos fuimos a los penales. En esa instancia ganamos  5-4”, dice el Gordo Guerrero, como lo apodan sus compañeros del equipo eléctrico.

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El volante de marca eléctrico tampoco olvida sus inicios en el fútbol. Desde los  15 años,  y durante dos campañas, jugó en los Interbarriales de Diario EL UNIVERSO con Independiente, de su natal Babahoyo.

Después integró la selección de Los Ríos, y jugó para la Tricolor en la categoría Sub  17, donde fue capitán de ese equipo. Además, también actuó en la Sub 18. Entre el  2001 y el  2003 militó en el Santa Rita; y con el club Venecia jugó en los años 2004-2005.

Guerrero afirma que su ingreso al Emelec se debió, en parte, a un buen amigo de la familia que está vinculado con la institución, quien le consiguió una prueba.

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El futbolista expresa que no admira a ningún jugador en especial, porque “mi estilo de juego es único. Yo soy Wimper y nada más”.

Guerrero se considera un hincha a ‘muerte’ de los azules, equipo al que quiere ayudar a  ubicar en posiciones estelares del torneo, ser campeón y jugar la Copa Libertadores de América en su primera temporada en la división de honor.