Cuando Cristian Mora habla de su hija Adaith, de 1 año y 8 meses, no es ni ese hombre tímido que se muestra fuera de la cancha, ni el arquero aguerrido de Liga de Quito, cuyo equipo está en la final del torneo Apertura.

Es más sensible: “Ella es lo más lindo que me ha dado la vida.  En los momentos malos o difíciles del equipo, la recuerdo y todo se vuelve diferente”, manifiesta.

La afición por ser arquero se la debe a la sensación indescriptible de volar por unas milésimas de segundo en busca de atajar un balón. Además de la admiración que sentía cuando niño  por el ex arquero de Barcelona y quien después fue su compañero en Espoli, Carlos Luis Morales.

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Nació  hace 25 años  en Vinces (Los Ríos), pero a los dos días llegó a San Miguel de Bolívar, a la que considera su tierra y donde viven sus seres más queridos, su esposa Raquel Romero y su hija.

Antes de   ser el arquero titular de uno de los equipos más importantes del Ecuador, pasó siete años en diferentes clubes como   Olmedo, Espoli, Macará y Deportivo Saquisilí.

Su debut en Liga fue a principios del torneo Apertura, en un partido bravo, de nervio y donde incluso se produjo una goleada de El Nacional. Aquella noche los militares triunfaron ante los albos 4-1, pero el resultado pudo ser peor, de no ser por su buena actuación.

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Desde ahí, con la confianza del técnico peruano, Juan Carlos Oblitas, no dejó de ser titular. Incluso fue llamado  por el técnico de la Tricolor, Luis Fernando Suárez, para integrar la selección nacional en los últimos partidos de las eliminatorias (ante Argentina y Colombia). Él tapó en un encuentro amistoso que se jugó en junio pasado en Estados Unidos ante Italia.

Se confiesa hincha de Liga de Quito y su aspiración es llegar a ser campeón en el torneo Apertura, no solo por el beneficio económico sino también por el cariño que siente hacia  la institución universitaria.