28 personas fueron asesinadas en un autobús en la ciudad de San Pedro de Sula por un grupo que el gobierno afirma serían pandilleros o guerrilleros.

Veintiocho personas, entre ellas siete niños, murieron en una masacre perpetrada por desconocidos en Chamelecón, norte de Honduras, que atacaron la noche del jueves un autobús urbano, informó el presidente Ricardo Maduro.

El autobús fue atacado con fusiles de asalto por desconocidos que dejaron una nota de amenazas contra Maduro y otros funcionarios.

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Aunque la nota fue firmada por un supuesto grupo guerrillero que se creía desaparecido hace dos décadas, se piensa que la matanza podría haber sido realizada por grupos de pandilleros o “maras”.

Con más de 100.000 afiliados, las maras son el brazo armado de narcotraficantes y controlan las barriadas pobres de las principales ciudades hondureñas, según informes de prensa.

El ataque ocurrió dos días después que el gobierno denunció haber detectado preparativos de narcotraficantes y criminales locales para asesinar, entre otras personalidades, a Maduro y su familia.

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Las fiestas navideñas de Honduras fueron enlutadas por la matanza, la noche del jueves, de 28 personas que viajaban en un autobús del transporte urbano en la ciudad de San Pedro Sula.

Las autoridades consideran que miembros de pandillas armadas, conocidas como “maras”, que son utilizadas por el narcotráfico, podrían ser los responsables del crimen.

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En el frente del bus fue dejado un mensaje en el que la matanza se la atribuye el Grupo Cinchoneros, nombre de un movimiento guerrillero de izquierda que operó en  el país en los años 1970 y 1980, en el marco de las guerras civiles y los conflictos ideológicos que sacudieron Centroamérica y opuesto a la pena de muerte.

Los asesinos dejaron un mensaje en la parte frontal del bus con insultos y amenazas contra el presidente Maduro; el titular del Parlamento, Porfirio Lobo, y el ministro de Seguridad, Óscar Álvarez, acusándolos de ser miembros del narcotráfico y  de tener preferencias homosexuales.

“No estamos jugando y si no nos creen va a correr sangre de gente que no cree en nosotros”, agrega la nota.

Maduro ha librado una lucha sin cuartel (que ha dejado cientos de muertos) contra las pandillas,  los “maras”, que con más de 100.000 miembros han sembrado el terror en algunas ciudades del  país, especialmente en San Pedro Sula.

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A su vez, el presidente del Congreso, Porfirio Lobo, es aspirante presidencial en el 2005, e impulsa restaurar la pena de muerte, abolida en 1957, para asesinos, violadores sexuales y secuestradores.

Víspera de Nochebuena
La matanza ocurrió en la colonia San Isidro de Chamelecón, a 200 kilómetros al norte de Tegucigalpa, cuando las víctimas retornaban a sus hogares de sus centros de trabajos o de realizar compras para celebrar la Nochebuena.

Entre las 28 víctimas figuran cuatro niños y nueve mujeres, informó el presidente de Honduras, Ricardo Maduro, quien ofreció un millón de lempiras (54 mil dólares) de recompensa por información de los autores de la masacre.

El ataque fue perpetrado por tres o cuatro individuos con fusiles AK-47 y M-16, que interceptaron el bus.

Sobrevivientes afirmaron que el autobús “estaba en marcha cuando de repente fuimos atacados por unos hombres que iban en un carro que se nos cruzó enfrente y comenzaron a disparar”, para luego rematar a varios pasajeros.

La matanza se produjo dos días después que el gobierno denunció haber detectado preparativos de narcotraficantes y criminales locales para asesinar a Maduro y su familia, y también a Álvarez.

Las fiestas navideñas, en una nación mayoritariamente católica, se vieron  ensombrecidas por la matanza. La radio y la televisión estaban centradas en el hecho y la ciudadanía casi no comentaba otra cosa.