Las cornamentas que se observan en el lugar tienen el nombre de la persona que sufrió infidelidad.

Una decepción amorosa hizo que Ramón Mendoza, un agricultor y matarife de la zona de San Eloy, en el cantón Rocafuerte, construyera hace tres años una casa en la cual puso como adornos varios cachos, que representaran la traición que Ana, su esposa, le hiciera con su mejor amigo.

Poco a poco, este agricultor –con la ayuda de varios amigos que pasaron por igual situación– logró que la parte frontal de la vivienda ubicada en el sector San Andrés estuviera adornada totalmente con cachos, y hoy se pueden contar 66 cornamentas.

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Los cachos están pintados con diversos colores y en ellos se puede leer nombres (de hombres y mujeres) que fueron engañados por sus parejas, o simplemente de personas que quisieron perennizar su paso por la denominada Casa de los Cachos.

Para conseguir las astas, Mendoza y sus amigos han recorrido los camales de Rocafuerte, Charapotó y otros lugares de la provincia de Manabí, donde se los regalan luego de explicarles que serán para la Casa de los Cachos.

Ramón Mendoza indica que aunque es propietario de la Casa de los Cachos, no reside en ese sitio sino que vive con su madre en el sector de San Eloy, pero que frecuentemente, sobre todo los fines de semana, visita la llamativa edificación. Admite que casi a diario se encuentra con su ex esposa, pero que prefiere evitarla y no hablarle.

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Fiesta de los cachos

Pero no solamente la Casa de los Cachos es famosa por la cantidad de cuernos que tiene. Mendoza y sus amigos se reúnen cada 22 de septiembre –fecha de su cumpleaños– en este sitio y organizan la denominada Fiesta de los Cachos, a la cual acuden solo hombres y desde las 14h00 se realiza un gran almuerzo, en el cual los platos típicos de la cocina manabita son los que degustan todos los asistentes.

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El agricultor aclara que todos los asistentes a la fiesta  son hombres engañados, pero entre risas agrega que los concurrentes son choferes y cobradores de varias cooperativas de transporte que transitan la vía Rocafuerte-Charapotó, así como vecinos que lo apoyaron para superar el fracaso amoroso, del que dice estar curado.

“El hecho que asistan a esta fiesta no quiere decir que ellos también hayan sido engañados”, reitera.

La mayoría de los adornos en la casa de Ramón luce de color naranja, que identifica a una cooperativa de transporte, porque según él, los conductores de esta línea son los que más lo ayudaron a conseguir los cuernos.

Mendoza invitó a las personas a visitar el sitio “y si quiere llevar sus cachos para la casa, no hay problema”, dijo.

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