Estaba próximo a cumplir  54 años y a  comenzar un tercer mandato como presidente de la República, cuando la tarde del 6 de agosto de 1875,  al pie del Palacio Presidencial en Quito,  cayó asesinado el doctor  Gabriel García Moreno, víctima de una conjura política a la que se sumó un enemigo personal, el colombiano Faustino Lemus Rayo. 

Causas  de carácter  político fueron, en su mayoría, las que en esa época  llevaron a  un grupo de jóvenes liberales ecuatorianos a preparar el episodio que Rayo vio como propicio para ejecutar su resentimiento personal contra el polémico mandatario.

Gabriel García Moreno fue calificado de intransigente, fanático, teocrático, déspota y conculcador de elementales libertades ciudadanas, por lo que  enfrentó los ataques de escritores, periodistas, pensadores  y figuras relevantes del país que siempre rechazaron las  medidas extremas a las que recurrió para lograr  cambios en el Ecuador.

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El garcianismo
Dueño de una  férrea voluntad y clara inteligencia, el personaje guayaquileño nacido  en 1821, estuvo  vigente en la  política ecuatoriana por varios años.

Además de ser jefe supremo y presidente interino por breve tiempo, Gabriel García Moreno ejerció la  primera magistratura de la República por dos ocasiones (1861-1865; 1869-1875). Él estaba listo para comenzar  un nuevo mandato presidencial cuando ocurrió su magnicidio  bajo el  machete de Faustino Lemus Rayo y el apoyo de   rebeldes que ya no lo querían en el poder.

Gabriel García Moreno consta en muchas biografías y es parte de la memoria nacional, aunque algunos aplauden su labor y otros critican severamente sus excesos.