El pase del golero del D. Cuenca está cotizado en $ 20.000 y es de él.

Damián Lanza, arquero ecuatoriano de padres argentinos,  de cejas pobladas y largas pestañas, sonríe hoy ampliamente. La razón: el miércoles pasado entró en la historia del fútbol local al hacer un gol de arco a arco al campeón, Liga (Q). Tanto que significó el triunfo de visitante para Deportivo Cuenca.

El guardameta, nacido hace 22 años (10.04.82) en Cuenca y dueño de su pase, debutó el 11 de abril ante Macará, después de la sanción impuesta al argentino Xavier Klimowicz. Y en tres fechas no ha visto caer su arco. Pero, ¿soñó alguna vez convertir un tanto así? “Nunca”, dice. Por eso él ha sido el primer sorprendido.
Y ayer en su casa, ubicada en un barrio residencial al este de Cuenca, lo volvió a ver en televisión y reaccionó: “Recién me doy cuenta de lo que fue ese saque de arco. Fue magnífico”.

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Y aunque reconoce que siempre ha tenido una fuerte pegada y un saque largo, también dice que nunca pensó “hacer ese tipo de goles”. Claro, todo arquero siempre anhela convertir un gol sea de arco a arco, tiro libre o penalti.

‘Muy concentrado’
Siempre risueño, Lanza cuenta que la clave de su éxito es atajar “con la mente en blanco. Pensando en cada pelota que va a llegar al arco y manteniéndome concentrado. Porque el arquero debe estar el doble de concentrado en el campo”, manifiesta el meta.

Con el saque que envió a la portería de Jacinto Espinoza, en la Casa Blanca, de Quito, “tenía la intención de buscar a Carlos Grueso para que cabecee, o lanzar la pelota a espaldas de los centrales contrarios, pero se dio el gol. Y eso será inolvidable”, expresa.

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Cuando se le consulta sobre la actitud de Eduardo Iachetti, quien pateó el balón cuando estaba cerca del arco, Lanza dice que para él no es tan importante a quién se le atribuya el gol, sino que ganó su club. “Sea mío o de Iachetti vale igual. El tema es hacer el gol y que el equipo gane”, expresa y agrega que el Nº 11 del Deportivo Cuenca, le comentó que tocó la pelota “por las dudas”. Luego festejaron juntos.

Cuando se le consultó qué opinaba de lo manifestado por su técnico, Daniel Córdoba, quien dijo que lo hecho (el gol) “no es gran cosa”, entre sonrisas indica: “Al Profe lo conocemos bastante. Sé que dice eso para mantener la calma, tranquilidad y humildad. Porque sin humildad no se puede llegar a ningún lado”.

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Damián se ríe mucho cuando cuenta que por su nombre sus amigos –entre bromas– lo llaman “el hombre de la Profecía”, por la película. “Pero nada que ver –dice–. Soy católico. Esa es una frase que me la dicen solo por molestar y que la tomo con mucha gracia”.

Al final vuelve a recordar el juego ante Liga (Q), en el que se despedía el DT Jorge Fossatti, y dice: “No le robamos la fiesta a nadie. Fuimos a hacer lo nuestro, a buscar los tres puntos sea el rival que sea y se dio con una doble satisfacción: porque es un club grande y el campeón del fútbol local”.
 
ATAJADAS
Trabajó con los DT Carlos Sevilla y Rodolfo Motta, en Emelec; Luigi Pescarolo, en el Panamá; y en Argentina con Néstor Clausen, Luli Ríos y José Santoro.
Llegó a Ecuador en el 2002. Estuvo en la Sub 20 y mayor de Emelec. En el 2003 jugó en la serie B con Panamá.

Es dueño de su pase, que está cotizado en $ 20.000. Es hijo de Enrique Lanza, quien militó en Liga de Cuenca (80-81) y en 9 de Octubre,  Guayaquil (82).