El sábado pasado dejó de existir la gloria del balompié ecuatoriano.

Sigifredo Agapito Chuchuca Suárez es un nombre que será recordado por siempre en el deporte ecuatoriano y más aún entre la afición de Barcelona, que desde el sábado pasado está de luto por su fallecimiento.

Él fue un hombre que por su sencillez quiso pasar inadvertido, pero sus goles de cabeza y chilena quedarán en la retina de quienes lo vieron jugar.

El repentino deceso de Chuchuca dejó tristes, nerviosos e intranquilos a sus amigos de siempre. “Sabía que estaba enfermo, pero no pensé que se nos iba tan rápido”, manifestó Washington Chanfle Muñoz, otra gloria del fútbol ecuatoriano, quien tuvo una gran amistad con Chuchuca, pese a no haber sido de su época.

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Lo admiró no solo por su juego, sino también por su personalidad. “Fue responsable. Recuerdo que en el día de su boda dejó la fiesta y se fue a concentrar para jugar y cumplir con su equipo”, manifestó Muñoz, quien además recalcó que hablar de Barcelona es hablar de Chuchuca.

Dentro y fuera de cancha
Un personaje con quien sí compartió en las canchas y fuera de ellas fue Fausto la Pavita Montalván, de 80 años. Para él, su amigo y compañero siempre vivirá en su mente y en su corazón. “Jugamos ante Millonarios de Colombia y le ganamos. En el primer partido no pudo jugar Chuchuca por una lesión, pero en la revancha jugó. Allí también ganamos”, no era casualidad.

Con motivo de esos dos triunfos Montalván enfatizó: “Nos invitaron a jugar en Barranquilla ante Barranquilla Júnior. Ganamos 1-0 con gol de Washington Chanfle Muñoz. Todos se dieron cuenta de que eso no era un accidente, era puro fútbol”.

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Su presencia en Barcelona se dio en 1947 cuando salió de la conscripción militar.

“Era un muchacho sencillo, con ganas de jugar y triunfar. Siempre fue responsable”.

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Montalván destacó su responsabilidad. Reveló una anécdota, en el partido ante Millonarios. “Él no estaba recuperado de su lesión. El médico le dijo que no podía jugar, pero hizo caso omiso. Ingresó a la cancha y jugó demostrando su clase.

“Quería que le llevaran la cuenta de los goles que hacía para ganar el encuentro, los acumulados no le interesaban. Él decidía los partidos”, dijo.

Solo recuerdos
“Yo no hablo de anécdotas, eso no existe para mí. Para mí existen los recuerdos y esos los llevaré por siempre conmigo”, manifestó con un tono de voz muy apagado Carlos Alberto Raffo, de 77 años.

“Cuando estuvimos en Colombia salíamos a caminar y platicábamos. Todo el país lo recordará”, recalcó Raffo.

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Washington Muñoz supo de la muerte de Chuchuca en la culminación de torneo Sub 14, en Fedenador; Montalván recibió la llamada de Clímaco Cañarte y a Carlos Raffo le comentó un amigo cuando caminaba por Azuay y Villavicencio. A los tres la noticia los sorprendió.

Para sus amigos sus recuerdos vivirán imborrables. Él se ganó la admiración y cariño de todos quienes lo conocieron.

FRASES
“Estoy muy triste y lo siento mucho. Éramos muy buenos amigos. Ojalá Dios lo tenga en la gloria y que en el cielo también lo bendiga. Dios decide todo lo que hacemos. Fue un gran muchacho y persona”.

Carlos Alberto Raffo
Ex jugador de Emelec

“Aunque sabía que estaba enfermo me cayó de sorpresa. Me dolió mucho, porque tuve una buena amistad con él. Fue uno de mis ídolos. Tuve el orgullo de ser amigo de él. Fue un hombre sencillo y  humilde. Era la imagen del guayaquileñismo. Fue un cholo huancavilca”.

Washington Muñoz
Ex jugador de Barcelona

“Estamos totalmente triste por la pérdida de Sigifredo, porque aparte de haber sido un gran deportista, que vistió los colores de Barcelona, fue un gran hombre, padre y  trabajador ejemplar”.

Clímaco Cañarte
Ex jugador de Barcelona