Estos pájaros de EE.UU. llegan entre agosto y septiembre a las lagunas del sureste de Chimborazo.
Enrique Veloz narró que a fines de septiembre de 1993, en un periplo por el complejo montañoso Atillo-Ozogoche se hallaron dos ejemplares de cuvivíes, el uno muerto y el otro agonizante. Se los captó en videos y fotografías y se los entregó al doctor Tiite de Vries, director del departamento de Biología de la Pontificia Universidad Católica de Quito, para su investigación.El 29 de octubre de 1993, luego del trabajo investigativo, Vries determinó que estas son aves migratorias del norte de Estados Unidos y corresponden a la familia Bartramia Longicauda.Datos científicos revelan que estas aves, por la fatiga y el calor de su cuerpo, se lanzan en picada a las lagunas de Atillo y Ozogoche para beber y alimentarse, pero como las aguas son tan frías sus organismos se paralizan provocando la muerte instantánea.Carlos Murillo, promotor de Turismo del Municipio de Alausí, señala que los indígenas del lugar conocen a estos pájaros migratorios con el nombre de cuvivíes por el sonido que emiten durante su tributo suicida en las lagunas sagradas. “Muertas las aves, los pobladores las recogen para su alimentación y manifiestan que su carne es muy sabrosa y apetecida”, dijo.","isAccessibleForFree":true}
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El suicidio de los cuvivíes, extraño rito en Ozogoche
Estos pájaros de EE.UU. llegan entre agosto y septiembre a las lagunas del sureste de Chimborazo.
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