La vidente está casada, pero no tiene hijos. Dice que los mensajes que recibió se están cumpliendo.

Su trabajo con la comunidad católica ha sido silencioso, pero activo. Está más dedicada a difundir aquel mensaje divino que un día ella aseguró haber recibido de la Madre de Jesús: la conversión en cuerpo y alma de la persona para llegar a Dios y así  alcanzar la salvación.

Patricia Talbot Borrero, o la Pachi como le dicen sus familiares y amigos, lo repite en cada charla espiritual o testimonio que ofrece. Aquella joven cuencana que hace 15 años se dio a conocer en los ámbitos local y mundial por afirmar que se le aparecía la Virgen María, ahora es una ama de casa, dedicada a su esposo, a la catequesis y a fortalecer la comunidad Guardiana de la Fe, que se creó a raíz de estos hechos.

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En estos últimos tres días ella ha estado al frente de las celebraciones que se dan por los 15 años de estas apariciones, que no son aprobadas pero tampoco rechazadas por la Iglesia Católica. La noche del pasado jueves, fecha del aniversario, estuvo en el santuario de El Cajas donde se celebró una misa y el viernes dio testimonio de cómo era su vida antes de su primer contacto con la Virgen, en un acto que se efectuó en el centro cultural Ramírez.

Entonces, recordó que tenía 16 años y que no le gustaba mucho ir a los templos o  participar en los rezos del rosario, vía crucis, etcétera. “Si no hubiera sido por ella (la Virgen) yo no estaría aquí”, repetía en el auditorio, que estaba atestado de creyentes.

Ahora con 31 años, de los cuales tiene doce de matrimonio con Andrés Vega, está entregada por entero a pedir a los feligreses un cambio de vida como se dio en ella. ¿Cómo? Pues, según Patricia, a través de la oración, el arrepentimiento y el rezo del rosario. Desde su último acto público que tuvo en marzo de 1990, donde ratificó que la Virgen María se aparecería por última ocasión en El Cajas, ella  ha evitado la publicidad. Hace tres años se defendió de quienes llegaron a criticar que los mensajes que daba en el santuario no eran reales, sino grabados. Hoy,  señala que siempre el mal quiere valerse de medios para evitar que triunfe la fe en Dios.

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En una  entrevista concedida a este Diario,  la noche del viernes, Patricia asegura que no ha vuelto a ver a la Virgen María, pero que siente su presencia  y la de Jesús durante sus oraciones. Algunos de los mensajes que recibió, afirma, se están cumpliendo. No los revela porque no puede hacerlo por pedido de la Iglesia, aunque señala que el “fortalecimiento de la fe y la  conversión en los feligreses son signos”.

El hecho de que hayan decretado Santuario Mariano (diciembre del 2002) al sitio donde se dieron las apariciones significó para Patricia una alegría debido a que la Iglesia se hizo eco de las manifestaciones de fe hacia Dios y la Virgen que hay en el sitio.

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Todavía ella no tiene hijos. “Eso se lo dejo al Señor”, justifica la mujer de tez blanca y mirada profunda.  Por ahora su prioridad es ayudar a la Iglesia como una laica consagrada. Por eso, insiste en que no se debe dejar la tarea solo a los sacerdotes, sino que está “en uno comprometerse y participar activamente en la difusión del evangelio”.

Patricia Talbot, la vidente,     insiste  que el camino hacia Dios no es fácil, porque tiene que  haber una conversión verdadera, de corazón.  “Cada uno puede hacerlo, pero tiene que tener fe y si está decidido a hacerlo; si hay eso, hay esperanza”.

LOS DEVOTOS

La peregrinación sigue
De junio de 1989 a diciembre del 2002,  según los registros, aproximadamente 1’538.000 personas  han visitado el santuario de la Virgen María en El Cajas. 

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Llamado a evangelizar
A Patricia Talbot le preocupa cómo la gente busca paz en otras sectas. Por eso cree que la evangelización no es solo tarea de los sacerdotes. “Todos somos Iglesia”, recalca.

Más de 100 mensajes
Del 28 de agosto de 1988 al 3 de marzo de 1990 la cuencana asegura haber recibido 98 mensajes de la Virgen María. Estos pedían, según ella,  la conversión. También promovían el rezo del rosario.