Se sancionará con cárcel y multa a quienes causen alboroto en sus viviendas o en las calles de la ciudad.

Sábado por la tarde, la rutina de un barrio suburbano: antes del partido de indorfútbol, un gran parlante en la puerta y otro en la ventana, para que todo el barrio escuche, música tropical a todo volumen. El ruido molesta a vecinos y transeúntes, pero nadie pide que se baje el sonido, ni denuncian el problema a las autoridades.

Ahora la contaminación por ruido no solo se da en los barrios, sino en los transportes públicos, locales comerciales y centros de diversión.

Durante este mes se han presentado en el despacho de la Intendencia de Policía varias denuncias por el exceso de ruido en viviendas.

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La intendente Flor María Merino señala que está preocupada por esta situación, que a su modo de ver es una mala costumbre de ciertas personas que no se dan cuenta o no quieren ver que están perjudicando a terceros.

“Nosotros vamos a sancionar este tipo de infractores con prisión de cinco o siete días, y una multa que va de 44 a 88 dólares, tal como lo establece el artículo 607 del Código Penal vigente”, indicó la funcionaria.

El artículo rige desde febrero del 2000, pero no se lo ha hecho cumplir. Merino asegura que no solo esperarán que las quejas lleguen a su despacho, sino que además harán batidas por el centro y sectores populares de la ciudad.

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“Las personas que se sientan afectadas por el bullicio de los radios de sus vecinos, deben presentar la denuncia en la Intendencia, o llamar a la Policía para que controle la situación”, dice Merino.

Carlos Cisneros, vendedor de CD en un local en Correos del Ecuador, rechaza la campaña emprendida por la Intendente, porque piensa que primero se debe establecer cuál es el nivel permitido para subir el volumen a los equipos de sonido, en las viviendas, los locales o en los vehículos.

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A la acción de Merino se va a sumar la del Departamento de Ambiente del Municipio de Guayaquil, el que durante el mes de septiembre pondrá en marcha la campaña denominada Mitigación al Ruido.

Durante ese mes se colocarán 200.000 adhesivas en los automotores de la ciudad, se van a pasar mensajes de concienciación y educación a la comunidad, se solicitará a los conductores de los transportes públicos que colaboren bajándole el volumen a sus radios y que no usen indebidamente el claxon. Asimismo, 450 estudiantes que realizan la premilitar saldrán a las calles céntricas de Guayaquil para enseñarles a los transeúntes las consecuencias del ruido.

ESCÁNDALOS
Permitido

La norma nacional de control de contaminación ambiental establece que no respetar los decibeles máximos de ruido  afecta a la salud de las personas. Provoca cambios de ánimo, dolores de cabeza, nerviosismo y hasta sordera permanente.

Decibel
Es la unidad con la que se mide la presión de potencia o de intensidad sonora. Según la norma nacional, el grado permitido de decibel varía de acuerdo a la noche y el día.

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Horarios
De las 06h00 a 20h00 en las áreas residenciales el nivel máximo permitido es de 55 decibeles, en la comercial 60, hospitalaria y educativa 45, comercial y de familias 65, industrial 70. De 20h00 hasta las 06h00, siguiendo el orden anterior serían 40,50,35,55, 65.

Industria
Para mitigar los ruidos de 85 decibeles que producen las máquinas industriales se recomienda que se las aisle debidamente.

Infracción
El artículo 607 del código penal señala que serán objeto de sanción quienes emitan sonido alto, proveniente de equipos de amplificación.

El pito
El uso del claxon es permitido cuando se lo hace para evitar un accidente, o para llamar la atención de alguien que intenta cruzar cuando está en luz verde

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