Fue una renuncia irrevocable. Byron Moreno llegó el miércoles por la noche a la sede de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), en Guayaquil, y puso su dimisión. Así, él mismo dio el pitazo final a su carrera como juez de fútbol.

La decisión solo la sabía su esposa, Corina Rodríguez, quien años atrás era secretaria en la FEF. Ella lo acompañó, y dejaron el documento, un día antes de que se cumpliera un año de su debut en el Mundial del 2002, cuando pitó el partido Estados Unidos-Portugal.

Yolanda Ruales, madre del ex juez, no sabía de la determinación. Cuando se enteró, no pudo evitar la conmoción. Soltó lágrimas. Al principio fueron de impotencia. Luego, de puro orgullo. Ella está convencida de que el hecho de esa renuncia de su hijo al arbitraje solo demuestra algo: coraje. Repite tres veces que “no podía dejarse pisotear”.

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Por eso, cuando habla sobre esta decisión, su voz de madre adolorida se ve matizada nuevamente por el llanto.

Hasta ayer, El Justiciero se encontraba en Guayaquil. Tenía previsto retornar a Quito por la noche. El lunes por la tarde realizará una rueda de prensa en la Asociación de Árbitros de Pichincha. Dice que allí dará a conocer más detalles con respecto a su salida del arbitraje.

Moreno tuvo dos actuaciones en el último mundial. El 5 de junio del 2002, en el partido Estados Unidos-Polonia, donde obtuvo calificación de 9/10. El segundo, el 18 de junio, ante Corea del Sur-Italia. Allí logró un puntaje de 9,5/10.

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Sin embargo, la descalificación de Italia desembocó en una serie de duros comentarios de los diarios azurri en contra de Moreno. A pesar de sus buenas calificaciones, no fue elegido para continuar en la contienda ecuménica.

De allí, fue un traspié tras otro. Tras pitar un partido entre Liga (Q) y Barcelona, el 8 de noviembre, fue suspendido por 20 fechas, por “haber faltado a la verdad“. Según la Comisión de Arbitraje de la FEF, aumentó 12 minutos al cotejo y Liga, de perdedor, pasó a ganador. El lance terminó 4-3. En esa época era candidato a concejal de Quito por el Prian.

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En ese período no pudo dirigir partido de ninguna índole. Corría el riesgo de ser suspendido de por vida. Mientras que en la isla italiana de Siciliana se bautizó a un baño público con su nombre. La televisión de ese país aprovechó para hacer algunos programas con su presencia, para aumentar el rating.

En el congreso de la FEF, realizado en enero pasado, se le levantó la suspensión. Luego, la FIFA cerró un expediente que le abrió por denuncias de haberse enriquecido tras su participación en el Mundial. Sin embargo, no fue ubicado en la lista de árbitros internacionales.

Moreno volvió a dirigir el 2 de mayo, en el partido Universidad Católica-Audaz Octubrino. El 18 de mayo, en el encuentro Deportivo Cuenca y Deportivo Quito, el inspector Roni Melo lo calificó con 4,6/10, y fue suspendido una fecha.

Ante estos acontecimientos, Moreno, viendo difícil que se le otorgara su calidad de juez internacional,
decidió renunciar a la actividad a la que se ha dedicado a tiempo completo, y por la que abandonó la carrera de jurisprudencia.

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Ahora le ayudará a su padre, Byron Nemesio Moreno, en su estudio jurídico.

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