La fabricación y venta del licor dejó de ser una actividad ilícita y hoy es fuente de ingresos.

La elaboración del guarapo, puro o currincho, como se le conoce popularmente al aguardiente de caña, es el sustento de cientos de familias del cantón Junín.

El proceso de transformar la caña de azúcar en licor conlleva muchos secretos que pasan de generación en generación y le dan fama a esta zona de Manabí. Hoy, el aguardiente de Junín va a las empresas envasadoras de licores Ceilmaca y Milicoresa.

Los habitantes de Junín se precian de ser los fabricantes “del mejor aguardiente del país”, eso les llena de orgullo a quienes trabajan en esta actividad, “pues aquí se elabora un aguardiente de gran pureza y sabor”.

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Todo empieza con la cortada de caña. La que sirve para elaborar el aguardiente es la que se conoce como caña guayaca. Se la lleva a un trapiche y se la tritura para obtener el jugo.

“Mientras más azúcar tiene la caña, mejor es el trago”, asegura Atinio Cevallos, fabricante de aguardiente del sitio Agua Fría, cantón Junín, quien señala que a este negocio se dedicaban sus antepasados en la denominada época del contrabando, pero que ahora es una actividad lícita, reconocida en todo el país.

El jugo va a los toneles de madera donde se lo almacena por 48 horas para que se fermente y se transforme en vinagre. En ese estado va a los calderos de cobre, alimentados con leña, para hervirlo durante unas ocho horas.

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Poco a poco, el ambiente se llena de un dulce olor, mientras cientos de abejas revolotean por los calderos donde el jugo de la caña obtiene un color verdoso y se llena de espuma. El vapor del jugo hirviente pasa por unas culebrinas (tubos) hasta un depósito para su enfriamiento y luego a un tanque que está bajo tierra, ya convertido en aguardiente.

“Es puro, cero químicos. Nosotros vendemos al público y lo entregamos a diversas empresas que lo procesan y expenden bajo diversos nombres”, dice Ramón Cevallos, hijo de Atinio, mientras observa el líquido transparente.

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TRAGOS
PRECIOS

 El costo de cada litro de aguardiente es de 0,80 dólares. La panela cuesta desde 0,15 a 0,50 el paquete.

USOS
El aguardiente de Junín se lo usa también con fines curativos; es así que mezclado con azufre sirve para afecciones de la piel; si se lo mezcla con alcanfor, es recomendable para el dolor de cabeza, y con palo santo, para el reumatismo.

EL NOMBRE
Pese a ser productores de aguardiente, los miembros de la familia Cevallos no saben por qué al producto se lo llama currincho.

APROVECHABLE
 No se desperdicia nada de la caña. Lo que queda después de la molienda se lo utiliza para alimentar al ganado.

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