El Gobierno iraquí decidió cancelar un contrato petrolero con Rusia, lo que amenaza con romper el apoyo de Moscú a Bagdad en caso de una guerra contra Estados Unidos. Mientras, los inspectores de las Naciones Unidas (ONU) continúan su labor de búsqueda de armas de destrucción masiva en Iraq.

El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Igor Ivanov, envió ayer una nota a la cúpula iraquí que pedía reconsiderar la decisión de suspender el contrato firmado con tres grandes empresas petroleras rusas para explotar un gran yacimiento de crudo en Iraq.

Estaba previsto que empezaran los trabajos de explotación del yacimiento Qurna-2 una vez que se aliviaran las actuales sanciones de la ONU sobre Iraq. Sin embargo, Bagdad rechazó la semana pasada el contrato, alegando que las empresas rusas no mostraban interés en comenzar la explotación de Qurna-2.

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Con la ruptura del contraro, el Gobierno ruso podría perder cerca de 5.000 millones de dólares, pues las tasas que tenía previsto cobrar el fisco ruso sobrepasarían los mil millones de dólares anuales, dijo Leonid Fedun, el vicepresidente de la empresa rusa Lukoil, que encabeza el consorcio petrolero.

Fuentes anónimas del Kremlin señalaron el viernes pasado que Rusia podría reconsiderar su apoyo a Iraq en momentos en que el régimen de Bagdad necesita todo el respaldo internacional posible.

“En sí mismo (el presidente iraquí) Saddam Hussein no es tan importante como para que Rusia lo apoye en cualquier situación”, señalaron las fuentes del Gobierno ruso.

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El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) de la ONU recibió en Viena las primeras muestras de material iraquí que enviaron sus inspectores, para verificar en laboratorio su posible contenido y nivel radiactivo.

El director general de la OIEA, Mohamed El Baradei, presenta hoy, ante el Consejo de Seguridad de la ONU, un análisis preliminar de la declaración de armamento iraquí entregada hace once días.

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REACCIONES
 El pronunciamiento de la comunidad internacional sobre  el conflicto entre Estados Unidos e Iraq ha sido variado. Mientras algunos países apoyan una ofensiva militar estadounidense, otros la rechazan categóricamente. 

INGLATERRA
El primer ministro británico, Tony Blair, dijo que “el conflicto militar no es inevitable, lo que sí es inevitable que Iraq no pueda seguir amenazando a sus vecinos y desafiando a la ONU”.

ALEMANIA
“La oposición a un ataque contra Iraq no cambiará cuando este país entre a formar parte del Consejo de Seguridad de la ONU en enero”, dijo un dirigente del partido del canciller alemán  Gerhard Schroeder.

ISRAEL
El ministro de Defensa israelí, Shaul Mofaz, dijo que tenía  previsto ayer pedir a Estados Unidos que avisen al Gobierno israelí con antelación sobre el eventual ataque a Iraq.

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TURQUÍA
Por lo menos 50 camiones cargados de armas  norteamericanas penetraron por el norte de Iraq, mientras que Turquía desplegó tropas en la frontera iraquí para prepararse a “toda eventualidad”.

SIRIA
El presidente sirio, Bachar el Asad, se opone totalmente a una acción militar contra Iraq, pues opina que una guerra sería “crear un caldo de cultivo para el terrorismo”.

JAPÓN
Una facción regional de una de las mayores organizaciones japonesas de supervivientes de las bombas atómicas de 1945, ha pedido hoy a Estados Unidos que se abstenga de utilizar sus armas nucleares en una posible intervención militar en Iraq.