El boxeo en Guayaquil tuvo su origen en las fiestas populares de los pueblos del litoral, en las que se programaban “luchas y pugilatos” y carreras de caballos. A finales del siglo XIX, e inicios del siglo XX, los circos que visitaban nuestra ciudad empezaron a incluir combates de boxeo, los que se popularizaron más tarde al fundarse en 1906 el Centro Deportivo de la Asociación de Empleados, donde muchos deportistas se iniciaron en este deporte y la lucha greco-romana.

Los primeros atisbos de tecnificación del pugilismo nacieron de la influencia que en los primeros años del siglo XX ejercieron Geo Powell, gerente de All American Cables and Radio, y el aviador guayaquileño Cosme Renella Barbato, quien en Italia aprendió la técnica del box y aquí la transmitió a los jóvenes desde 1912.

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A mediados de noviembre de 1918 se anunció el arribo a Guayaquil de Lizandro Salcedo, pugilista profesional argentino. El Internacional Sporting Club aprovechó para solicitar a Salcedo una exhibición con jóvenes entusiastas del boxeo como Augusto Dillon Valdez, José María Jiménez Gargollo, Vicente Santistevan, Marcos Plaza Sotomayor, César Chiriboga, Sixto Suárez Pareja, Carlos Carbo Gálvez, Carlos Reinberg y Carlos Chiriboga.

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Pensando en obtener ganancias y mostrar sus condiciones Salcedo aceptó una exhibición para el 30 de noviembre de 1918. Aquel día realizó un combate en serio con el joven Darío Morla, al que venció, demostrando “buena escuela, precisión y rapidez”, según nota de El Telégrafo. Luego realizó dos asaltos de entrenamiento con César Chiriboga Benites y Benigno Calderón Real.

Por la técnica de Salcedo resultaba muy difícil encontrarle un adversario por no existir en Guayaquil boxeadores profesionales. Sorpresivamente, el 12 de noviembre de 1918, los diarios porteños anunciaron un contendor. Era el ecuatoriano José Alfredo Sanz, maestro sastre. El otro inconveniente era la inexistencia de un local para un combate profesional. Se decidió habilitar la llamada Carpa del Malecón o Pabellón de la Plaza Sucre (entre donde hoy están el Municipio y la Gobernación). Se programó la pelea a tres asaltos de 3 minutos de combate por uno de descanso, con uso de guantes de 4 onzas.

La Carpa del Malecón, en Guayaquil. En 1918 se realizó la que puede considerarse la pelea con la que comenzó el boxeo profesional en Ecuador. Lizandro Salcedo, boxeador profesional de Argentina, se enfrentó a Raul Anse, su par de Estados Unidos. Foto: Cortesía Ricardo Vasconcellos Rosado

Pero, ¿quién era José Alfredo Sanz, primer boxeador profesional ecuatoriano? No solo era conocido en Guayaquil por ser un sastre distinguido. Era un hombre fornido dedicado al levantamiento de pesas en un pequeño gimnasio habilitado en su sastrería, al que concurrían a practicar boxeo Cosme Renella y Manuel Cassinelli, con quienes había combatido esporádicamente en programas de aficionados.

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También Sanz era un habitual competidor en las llamadas “carreras de a pie”, antecedente histórico del atletismo, que se programaban en las festividades de la ciudad. No tenía intención de convertirse en peleador profesional, pero sus amigos lo animaron a “sacar la cara” por el deporte de Guayaquil frente a un extranjero que había llegado desafiando “a los más guapos”.

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El 14 de diciembre de 1918 puede considerarse el día del nacimiento del boxeo profesional porteño y la pelea entre el profesional Lizandro Salcedo y el amateur José Alfredo Sanz como la primera de la historia de un deporte que luego alcanzaría un gran desarrollo. Con un lleno completo a pesar de la lluvia, a las 17:00 entraron los boxeadores al ring improvisado bajo la carpa.

El árbitro era el atleta Tess Mora, quien llamó a los contendientes al centro del enlonado para las instrucciones de rigor, bajo la atenta mirada del juez único del combate, Mr. Geo Powell, y del time keeper Leonardo Sotomayor. La recia musculatura de Sanz y la fama de su pegada no fueron suficientes para neutralizar la experiencia de un hombre curtido en un centenar de combates. La pugna duró apenas un minuto y medio. El argentino, “aprovechando una falsa guardia, le aplicó un swing en el mentón de Sanz dejándolo fuera de combate” tal como dijeron los diarios el día 15.

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Lo que no imaginaron Sanz, Salcedo y los miembros del Internacional Sporting Club fue el tremendo entusiasmo que despertaría desde ese momento el pugilismo profesional que a partir de 1918, hasta bien avanzada la década de los años 30, llegó a competir en popularidad con el fútbol. Tampoco que Guayaquil iba a ser, en esos años, una de las plazas más famosas de América Latina no solo por la organización de grandes veladas sino por la calidad de sus boxeadores que, como en el caso de Manuel Vizcaíno, Tito Simon, Kid Lombardo, Carlos Zavala, Luis Llaque, Carlos Zavala, Crisólogo Cox y Kid Montana, recorrieron los cuadriláteros del mundo dejando la muestra de una enorme calidad. En el caso de Zavala fue el primer boxeador ecuatoriano en pelear con éxito en Europa y África.

Dos días después de la pelea entre Sanz y Salcedo, Geo Powell recibió una carta en la que se anunciaba el arribo a Guayaquil de Raul Ansel, estadounidense, mayor de aviación, y campeón de boxeo del Ejército francés, quien se hallaba en Lima en espera de la pelea que debía protagonizar con el monarca chileno Víctor Vásquez a 20 rounds. Ansel quería combatir en Guayaquil en cualquiera de estas tres ramas: boxeo, lucha o jiu-jitsu.

Pasados los festejos de fin del año 1918, la actividad del naciente boxeo rentado se reinició. El 5 de enero de 1919 Lizandro Salcedo derrotó por nocaut técnico a Esteban de Jesús Lamilla, en la carpa del Malecón. Una semana más tarde el contendor de Salcedo iba a ser el debutante guayaquileño Manuel Vizcaíno, cuyo papel como pugilista, entrenador, programador de combates, fundador de la más prestigiosa escuela de boxeo, la Academia Ecuador, representante y anunciador sería muy decisiva por más de medio siglo.

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El diario El Guante, el mismo día, en los comentarios previos de la pelea entre el argentino y el guayaquileño, decía: “Hoy a las 4 de la tarde se verificará en la carpa del Malecón el desafío de box Salcedo-Vizcaíno. Dado el entusiasmo que ha despertado en nuestra juventud este género de espectáculo, suponemos que asistirá numeroso público intrigado por presenciar el final del pugilato, ya que el nuevo contendor de Salcedo, sin ser un profesional, cuenta con muchísimos partidarios que aprecian sus condiciones de buen faite”. En la carpa del Malecón, Salcedo se impuso con facilidad a Manolo Vizcaíno, quien todavía estaba “verde” para un rival de la talla del peleador gaucho.

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El 4 de febrero de 1919 El Telégrafo hizo conocer que Raúl Ansel había nacido en New Orleans el 16 de diciembre de 1890. Su carrera de boxeador amateur la inició en su ciudad natal en 1910 y al año siguiente debutó como profesional en París. El lógico contendor de Ansel era Salcedo y así se programó la pelea para el 9 de febrero en el Teatro Olmedo. Era la primera vez que las salas de cine y teatro eran adaptadas para combates de boxeo. La pelea quedó pactada a cinco rounds de 3 minutos por uno de descanso. El vencedor por puntos fue Ansel.

El 23 de febrero de 1919 volvieron a enfrentarse los dos extranjeros, otra vez en el ring colocado en el Teatro Olmedo. En la revancha el vencedor fue Ansel por veredicto del juez único Tess Mora. (O)