La Organización Mundial de la Salud calcula que en el mundo hay 1.300 millones de personas con algún tipo de discapacidad. Es decir, cerca del 16 % de la población global. Se considera que cada uno de ellos tiene un impacto directo en dos personas, ya sean de su círculo familiar o de cualquier otro entorno; por ende, cerca de 4.000 millones de personas tienen una estrecha relación con las discapacidades.

Uno puede nacer con una discapacidad o llegar a tenerla durante su vida por accidente, enfermedad, conflicto armado o cualquier otra causa, pero ciertamente, al envejecer tenemos la alta posibilidad de tener alguna discapacidad. La idea de que estas personas pertenecen a una minoría cambia cuando uno piensa que puede integrar el grupo conforme pase la vida.

Tuve el honor de ser elegido por unanimidad presidente del Grupo de Trabajo de la ONU para elaborar la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad, entre el 2002 y el 2005. Esta Convención es la primera de este siglo, incorpora conceptos legales de última generación y es la más universal al ser suscrita por 185 Estados miembros de la ONU. Fue una negociación compleja, ya que muchos países se oponían a una negociación sobre derechos cuyo cumplimiento sea vigilado, pero imperó el criterio de que el oponerse a la discapacidad es políticamente incorrecto.

Durante esas negociaciones conocí a un gran número de personas con discapacidad que son un ejemplo de superación, tenacidad y valentía. Comprendí que nuestras sociedades son mejores si son inclusivas, respetan la diversidad y aprenden a ser respetuosas de los derechos de todos.

Entre estos actores, tiene un lugar destacado la organización Olimpiadas Especiales, creada por Eunice Kennedy, hermana del presidente John F. Kennedy, quien tuvo la visión de proponer el deporte, la competencia y el esfuerzo como un camino para la superación de las personas con discapacidad intelectual. Es la organización mundial más importante dedicada a la causa.

Los Juegos Mundiales de Olimpiadas Especiales, que se llevarán a cabo en junio en Berlín, serán el evento deportivo inclusivo más grande del mundo. Cerca de 200 ciudades anfitrionas permitirán la competencia de 7.000 atletas en 26 disciplinas deportivas, representando a 190 delegaciones. Estaremos 20.000 voluntarios y 350.000 espectadores, lo que hace que sea el más importante certamen deportivo en Alemania, desde las Olimpiadas de Múnich 1972.

De América Latina participarán 20 delegaciones con un total de 849 personas, entre atletas, entrenadores, médicos, personas de apoyo y compañeros unificados.

Olimpiadas Especiales ha propuesto a los gobiernos del mundo la Declaración de Berlín, sobre educación y comunidades inclusivas. Soy testigo del gran número de países que han comprometido su apoyo a la causa de la inclusión.

“La revolución es inclusión” es el lema de este gran esfuerzo de 5,5 millones de integrantes de Olimpiadas Especiales, que dignifica y humaniza a las sociedades nacionales e internacionales. ¡Todos los países deberían sumarse a esta iniciativa! (O)