¿Cuánto daño hace a la comunicación aquello de “noticia en desarrollo”? Término nacido de la incursión violenta de la tecnología en el mundo periodístico, que expandió el privilegio de la inmediatez de la radio hacia las redes sociales, para bien y para mal, paradójicamente, de la comunicación útil.

La tal “noticia en desarrollo” es un contrasentido. Se usa para justificar una reportería inconclusa o mal hecha; para basar un relato en una sola fuente, usualmente interesada; o para plantear una verdad a medias como información de interés público. Todos los casos descritos incurren en la falta básica de la comunicación seria, que es pasar los datos por los filtros de la contrastación y verificación. Pasarlos por un examen lógico, porque dato que no lo aprueba es extraterrestre o milagroso.

Me viene esto a la mente al leer los aportes que vía X hace desde Dinamarca el estudiante ecuatoriano para Ph. D. Julio Vacacela, médico de la Católica de Guayaquil, donde tuve el honor de ser su profesor en su otra pasión, el periodismo. Pacienzudo y claro como es él, nos hace notar que acá en el Ecuador nos hemos alborotado innecesariamente por la noticia descontextualizada (perdón, en desarrollo) de que Rusia alista la vacuna contra el cáncer, y que por estar “peleados” con ellos por el tema de la supuesta chatarra bélica rusa que el Gobierno de Daniel Noboa entregaría a los EE. UU. a cambio de equipamiento, Vladimir Putin, enojado como está, nos haría inalcanzable ese logro.

(...) tener en un mismo titular o texto palabras como “único”, “cáncer” o “vacuna” es garantía de trending...

Desde Dinamarca, Vacacela plantea un manual de instrucciones para quien quiera abordar eso como noticia: el cáncer no es una enfermedad, sino un grupo de enfermedades y cada tipo se desarrolla por un mecanismo distinto. Por ende, no puede hablarse de “una vacuna”, sino de varias, dependiendo del mecanismo al que se quiera atacar. Y el sentido preventivo que tienen las vacunas comunes no es lo que se busca, sino el de una “vacuna terapéutica” para que su propio sistema inmunológico ataque al tipo de cáncer de cada paciente.

Si los colegas y opinólogos hubiesen hurgado antes de hablar, quizás habrían contado, como lo hace este médico ecuatoriano, que ya desde 1990 se están usando “vacunas” para ciertos tipos de cáncer: de vejiga, de piel y riñón (2008), de próstata (2010), de pulmón (2011) y del cáncer del cuello uterino. Quiere todo esto decir que se trata de una noticia “en desarrollo” desde hace al menos 24 años, y en 2018 ya la autoridad de salud rusa anunció el estudio de una vacuna “única” de la que ahora se vuelve a hacer ruido.

Para efectos prácticos, ¿imaginan comer una cazuela semicruda, un arroz duro o un capuchino sin espuma? Todos ellos están en un “desarrollo” no digerible. Lo mismo debe hacerse con la información. Y en estos tiempos, lo dice el médico-periodista y coincido, tener en un mismo titular o texto palabras como “único”, “cáncer” o “vacuna” es garantía de trending, la adicción digital del momento, pero hay que ser responsables para reflexionar, hacer las pausas adecuadas, rasgar un poquito en informes, para confirmar, y no cobijarse en esa colcha de retazos agujereada que llaman “noticia en desarrollo”. (O)