Nuestra Constitución tiene que ser derogada o reformada, para que un vicepresidente se convierta en un administrador del Estado que recorra las provincias, siendo canal de investigación e información para el presidente, buscando soluciones urgentes. Cuando deje el cargo, el Consejo Nacional Electoral, convocará a elegir su reemplazo, sea el soberano quien lo elija y no a dedo. La pregunta es ¿de varios vicepresidentes que ha tenido Ecuador, qué méritos han tenido?, la respuesta: ninguno. Mientras no existan excelentes profesionales para ocupar el cargo, seguiremos así, subdesarrollados.
‘Alta función’ o una tarea simbólica, ¿cuál será el alcance de Verónica Abad en su misión Israel?
Sugiero lo siguiente. Aquel que aspire a un cargo público, como requisito debería no tener juicios penales, de alimentos, administrativos, etc. La anunciada consulta popular debe aprovechar las preguntas aprobadas por la Corte Constitucional, concordante con la realidad del país, para mejorar su situación, preguntas con soluciones inmediatas a los problemas, de nada servirá volver con preguntas fuera de lugar, por ejemplo: procedimientos inmediatos para extraditar sentenciados o para recuperar dinero sustraído a través de corrupción y cadena perpetua para los jueces y funcionarios públicos que no hagan cumplir la ley.
La vicepresidenta Verónica Abad se reunió con el embajador israelí Tzach Sarid
Los partidos que lleguen a gobernar se deben despojar de su línea partidista, para que gobiernen el país cumpliendo lo ofrecido, teniendo en cuenta el principio de proporcionalidad, escoger personas de confianza, profesionales sobresalientes honestos, capaces y experimentados. (O)
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Jorge Ygnacio Arámbulo Benavides, abogado, Guayaquil