Con la incursión de la fuerza pública en la Embajada de México en Ecuador han aflorado una serie de argumentos, condenas y ataques a esta acción. Creo que nadie, en su sano juicio, va a decir que estuvo bien que se ejecute esa acción. No, esa acción atenta contra reglas internacionales establecidas, que su quebrantamiento debe ser condenado por los Estados, que deben garantizar que las sedes diplomáticas sean respetadas.

Ecuador: Estado paria

No tengo la menor duda de que los Estados también garantizan que el respeto a las leyes internacionales sea integral y no solamente parcial. Esto significa que se debe condenar igualmente el que se use una embajada para asilar a una persona que ha recibido condenas por parte de la justicia del país donde se encuentra la sede diplomática, porque esto también lo condena el derecho internacional y también debe ser respetado.

Traición a la patria

Vemos, con mucho pesar, que hay políticos, mandatarios y exmandatarios que, basados exclusivamente en afinidades dogmáticas, quieren hacer valer, exclusivamente, lo que se ajuste a sus dogmatismos, y en algunos casos, a sus fanatismos. Para ello, esgrimen argumentos que, por sus creencias, atacan a la razón y se desbaratan al menor intento de análisis. Veamos solamente la reacción del señor Nicolás Maduro, que en arrebato de desconocimiento ordenó cerrar una embajada que no existe. O al señor López Obrador, que plantea en una Corte Internacional que se suspenda o expulse a Ecuador de la ONU, cuando esa corte no es la instancia adecuada para esa decisión. Pero lo más lamentable, que un expresidente ecuatoriano trate de buscar que se sancione a su país, con bloqueos incluidos, solamente por hacer prevalecer sus creencias contrarias a las razones jurídicas, que traslucen otros motivos incalificables, que más parecen miedos a que se revelen hechos reñidos con la honestidad.

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Afecto y respeto a la patria

No se diga de las reacciones de una masa fanatizada, dentro del Ecuador, incluyendo asambleístas y pseudoanalistas con grados académicos no compatibles con esas posiciones extremas, que defienden a voz en cuello que se sancione a nuestro país por la incursión, sin hacer mención a la transgresión cometida al acoger a una persona que estaba condenada y reclamada por otro caso de corrupción.

Ecuador, un país pobre

Las acciones mencionadas no son compatibles con la razón, no son aceptables los análisis a medias y sesgados de las normas internacionales. Es completamente contrario a la razón y a la inteligencia este accionar de dogmáticos y fanáticos. (O)

José Manuel Jalil Haas, ingeniero químico, Quito