Los incendios forestales “sin precedentes” registrados en las provincias canadienses de Alberta (oeste), Nueva Escocia (este) y Québec han provocado densas nubes de humo que no solo afectan a Canadá sino que han llegado a ciudades como Nueva York y Washington, en Estados Unidos.

El humo ha provocado que cientos de miles de personas retomen el uso de mascarillas KN-95 (que se utilizaron al principio de la pandemia) y las autoridades sanitarias han pedido que se queden en casa a sus ciudadanos. EL UNIVERSO se contactó con varios migrantes ecuatorianos que residen en Canadá y Estados Unidos para saber cómo les están afectando los incendios.

Canadá se enfrenta a más de 400 incendios forestales activos

María Parrales, que vive en la localidad de Mississauga, a 40 minutos de Toronto, en Canadá, afirma que sus compañeros del college han llegado a las aulas de clase con mascarillas debido al humo que se percibe en el ambiente.

Publicidad

“Muchos llegaron tarde, algunos estaban asustados. Sentí un poco de preocupación cuando vi las noticias de ayer y que los incendios se extiendan y lleguen hasta acá. Sin embargo, luego me calmé porque donde vivo no es que ha llegado tanto el humo como en Toronto”, afirma.

Añade que tiene “mayor tranquilidad” porque en Canadá los organismos de rescate y atención de riesgos son rápidos: “Los bomberos y la policía llegan en segundos. Donde vivo hay muchísimos árboles. Acá hay mucha información sobre rutas de evacuación, nos han hecho inducciones sobre qué debemos hacer tanto donde vivo como donde estudio. Nos explican todo lo que ocurre en el país con la nieve, el hielo y los incendios”.

Los incendios en Canadá han arrasado con miles de hectáreas de bosque. Foto: EFE

Cuenta que es la primera vez que experimenta una situación de incendio forestal en Canadá: “Conozco a otros ecuatorianos que han estado más nerviosos que yo, que se pasan viendo las noticias, que no han podido dormir. Los días son oscuros, muy nublados. Tengo amigos en Québec que tienen irritación en los ojos”.

Publicidad

Los profesores del college donde estudia María han aprovechado la situación de los incendios para debatir en las aulas con los estudiantes extranjeros sobre esta “nueva experiencia”, ya que los canadienses están “adaptados” a los protocolos de incendios forestales.

En tanto, en Estados Unidos ciudades como Nueva York están cubiertas con una densa niebla naranja debido a los incendios en Canadá. De hecho, esta metrópoli el martes pasado sufrió la peor calidad de aire de cualquier área metropolitana importante al punto que desplazó de este puesto a la capital de la India, Nueva Delhi; los valores indican que alcanzó el nivel de “muy poco saludable”.

Publicidad

Patricia Caguana afirma que estos días han sido “horribles” debido a la calidad del aire: “Han sido días densos, el aire se siente pesado, nos duele la cabeza, tenemos la garganta seca, tos. Ayer (7 de junio de 2023) el olor ahumado fue una locura”.

Nueva York es cubierta por una neblina naranja debido a los incendios forestales en Canadá

Indica que pese a estar en edificios cerrados se podía percibir el humo. De hecho, las autoridades de la ciudad recomendaron a sus ciudadanos solo salir si era estrictamente necesario y que las personas con problemas respiratorios tengan mucha precaución.

“Mi hijo sufre de alergias, por lo que tuvimos que comprar un purificador de aire y lo hemos utilizado y ha sido muy bueno. Lavé el carro porque estaba lleno de mucho polvo. Por suerte los niños no han tenido clases estos días”, dice.

La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos dijo que es probable que haya cielos nublados, visibilidad reducida y olor a madera quemada, y que el humo permanecerá durante unos días en los estados del norte.

Publicidad

Las alertas de calidad del aire se activan por una serie de factores, incluida la detección de contaminación por partículas finas, conocida como “PM 2.5″, que puede irritar los pulmones.

En lo que va del 2023 se han producido 2.214 incendios forestales en Canadá, que han consumido más de tres millones de hectáreas de bosque, cuando la media en la última década era de 1.624 incendios y 254.429 hectáreas consumidas, según el Ministerio de Recursos Naturales canadiense. (I)