Al comer es importante saber poner límites para regular la cantidad de alimentos que ingresan al cuerpo, de modo que haya un equilibro entre el hambre y la sensación de saciedad.

Ambos son relevantes, por un lado el hambre avisa que el cuerpo se está quedando sin combustible y por el otro, la saciedad advierte que el depósito ya está lleno. Las hormonas son las responsables de transmitir esta información por el cuerpo.

El portal Soy Como Como detalla que tanto el hambre como la saciedad y el balance energético son controlados mediante un sistema neuroendocrino complejo que está integrado en el hipotálamo. Asimismo, varios péptidos que se sintetizan y secretan en el tracto gastrointestinal regulan la conducta alimentaria.

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Esta estrategia consta en pensar en las comidas como acontecimientos que se dividen en tres fases de treinta minutos cada una. Foto: Freepik

La estrategia de los 90 minutos para controlar el apetito

La educadora clínica, investigadora y cofundadora, junto con el doctor Jason Fung, del programa Fasting Method, Megan Ramos, señala que hay un truco que permite reconocer la saciedad, se trata de la estrategia alimentaria de los 90 minutos.

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Esta estrategia consta en pensar en las comidas como acontecimientos que se dividen en tres fases de treinta minutos cada una, señala CuerpoMente.

Paso 1: comer en los primeros 30 minutos, luego de haber seleccionado y preparado los alimentos adecuados, tomando en cuenta una dieta saludable en las medidas correctas.

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Paso 2: en los segundos 30 minutos el cuerpo tiene tiempo para digerir y que las hormonas envíen el mensaje de saciedad. Durante este lapso no se come ni se bebe nada, ya que la hormona leptina puede demorar unos 20 minutos en llegar desde el sistema digestivo a los receptores del cerebro. En este lapso la persona puede socializar e incluso puede reanudar un trabajo ligero sin hacer un esfuerzo físico.

Paso 3: en los terceros 30 minutos, si la persona se siente satisfecha y sin molestias digestivas, es significativo de que tomó la comida apropiada ya que ha ingerido la suficiente grasa y carbohidratos. Si el hambre permanece, hay que ver si apetece más grasa o más carbohidratos, de acuerdo a eso, se come un poco más de lo que el cuerpo pida, siempre y cuando sean alimentos saludables.

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