Hay diferencias de estrato social, político y económico en la unión de dos personas, pero el de la edad suele llamar la atención no solo por los estereotipos sociales, sino por asuntos como la expectativa y la calidad de vida, las posibilidades económicas y la experiencia de cada uno.

Rodolfo Rodríguez, psicólogo y sexólogo, explica que la diferencia de edad no necesariamente va a influir de manera negativa en la relación. “No equivale a éxito o fracaso. Anteriormente el varón podía ser mayor que la mujer, ahora la mujer puede ser mayor que el varón. Ha ido variando”. Reconoce que este ha sido un tema controversial en las diferentes épocas, y que lo sigue siendo.

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Siempre y cuando se trate de personas adultas, razona la psicóloga Paquita Brito, cualquiera puede enamorarse de un mayor como de un joven, y no hay un impedimento legal ni moral para ello, y no se puede decir que está bien ni que está mal.

¿En qué momento deja de importar la edad entre dos personas adultas?

“Al inicio, una de las preguntas por default suele ser la edad. Y desde ese momento ya no importa. Tampoco importa para los proyectos de vida individuales y como pareja de estas personas”, resalta Rodríguez.

La edad deja de importar entre personas adultas desde que los dos la conocen y aún así deciden comprometerse. Foto: Shutterstock

Lo que sí se debe hacer para que esto funcione es una estructuración, para ver qué los une y qué los diferencia. “La edad también es uno de los ítems cuando se habla de reproducción, crianza óptima o actividades para realizar con los hijos”, sean entre ellos o habidos en relaciones previas.

Dos de las palabras básicas en la pareja son el poder y el equilibrio. Usualmente se suele creer que el de mayor edad, ingreso económico o estatus ‘manda’ en la relación. Si la pareja permite que terceros filtren este tipo de prejuicios en las relaciones, pueden empezar a percibir un desbalance entre ellos. Empezarán a compararse y a tener problemas de autoestima.

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Siempre uno de los dos tendrá un plus con respecto al otro (juventud, belleza, dinero, influencia social), continúa Rodríguez. “Lo bonito de una relación, cuando hay diferencias de edad, es que ambos se sumen o complementen, en vez de que uno tenga más o tenga menos. El desequilibrio casi siempre está arraigado en opiniones de externos sobre cómo debe comportarse el que gana más o el que está desempleado. Pero en una relación saludable, esto no tiene que ser así”.

¿Qué necesita saber alguien antes de ir a una relación con alguien que es mucho mayor o es mucho menor? A veces, la brecha es grande: 5 años, 10 años (como Nick Jonas y Priyanka Chopra) o más (como Amal y George Clooney o Michael Douglas y Catherine Zeta Jones) y están en diferentes generaciones (Baby Boomers, X, Y, Z). Para ellos hay algunas recomendaciones:

  • Entender que la edad no es un impedimento.
  • Conocerse bien cada uno a sí mismo, tener los pies en la tierra.
  • Saber qué quieren, qué buscan, qué desean. “Primero lo positivo, antes de saber lo que no quieren”.
  • Conocer el perfil de las otras generaciones, para apreciarlas y admirarlas, y que las actividades y las expectativas sean llevaderas, satisfactorias y placenteras, en lo social y sexual.

“Deberías conocer por qué generaciones sientes más atracción”, complementa Rodríguez. “A algunos les gustan mayores o menores, y a otros les da igual”.

La pareja se debilita cuando pone atención a las opiniones de terceras personas sobre cómo debería ser su relación. Foto: Shutterstock

¿Es posible que en algún momento, al llegar cierta etapa de la vida, la pareja deje de congeniar o ser compatible? “Con la edad evolucionamos. Lo que nos gustaba de niños no nos gusta de adolescentes ni de adultos ni de adultos mayores. En algún momento, ciertas cosas de la vida de esta pareja se desconfiguran. Lo que antes nos unía, ahora nos separa”. Por eso, el psicólogo recomienda a las parejas ‘actualizar el software’.

“Actualicen (individualmente y juntos) sus gustos, preferencias, hobbies, formas de pensamiento, proyectos, plan de retiro. El amor no es darte un carro, ponerte una casa, tener un hijo; es una dosis que se da todos los días del año, y permite que sigan congeniando, aunque haya diferencias. Con eso, de alguna manera, podemos garantizar el éxito o la continuidad saludable y placentera de esta pareja”.

Y no se olviden de la terapia. “Uno de los mitos de la terapia de pareja es que se la busca cuando hay problemas. No es así. Hay quienes vienen porque quieren mejorar. Hacen una actualización personalizada y en conjunto. Con esa data hacen un proyecto de vida más alineado, flexible y saludable”.

Acompañar al otro en su etapa de vida

Las relaciones con un salto de edad funcionan si los dos quieren. “La pareja es de dos”, dice la psicóloga Daniela Brando Erazo. “Tú tienes 20. Yo tengo 40. Ya pasé la etapa de la discoteca, pero te acompaño”. Y lo mismo ocurre si la persona más joven tiene que acompañar a su esposo que está en otras etapas, asistiendo a los matrimonios de la familia, las primeras comuniones, los bautizos.

“Mientras haya ese compromiso y surjan los valores de la pareja, pues que vivan todas esas etapas”. Brando señala que en esa interacción podrán conocerse y generar complicidad y buena comunicación. “Yo diría que la edad influye si es que alguno de los dos no tiene ese compromiso”.

Cuando uno de los dos, generalmente el más joven, se salta etapas de la vida, pueden producirse descontentos. Foto: Shutterstock

Cuando uno de los dos se salta fases de la vida, en cambio, llegará un momento en el que sentirá el desequilibrio. “Generalmente, la mujer se salta varias experiencias por casarse, y llega a los 30 y se da cuenta de que no salió, no viajó, no terminó la universidad o dejó de trabajar, le faltó esa adultez joven”. Entonces, se producen conflictos y la pareja da ‘manotazos de ahogado’.

Un aspecto en el que la pareja debe ser muy sincera y conocerse bien es en sus carencias emocionales. “Ser consciente de si estamos buscando a alguien mayor para suplir una necesidad materna o paterna, o lo que no vimos en la familia de origen”, como un padre ausente, una mamá trabajadora, un hijo que tuvo que cuidar a los hermanos menores. Cuando no sana ese vínculo, se va a la pareja buscando a una mamá (o un papá) que supla algo que no pudo vivir. Puede haber más admiración que amor.

“Pero una vez consciente, usted ya no puede ser indiferente”, dice la psicóloga Brando. La terapia individual y conjunta les permitirá sanar y ver a la pareja como hombre o como mujer, no como alguien para llenar carencias.

“Somos pareja para crecer juntos, para evolucionar juntos y para caminar juntos. Tú no eres más ni yo soy menos, así tengamos 20 o 15 años de diferencia”. Brando dice que la brecha no tiene que repercutir mientras haya compromiso, no se hayan saltado etapas y tengan buena comunicación.

Esta última es otro punto sensible. “El no ser amigos, el ‘no te cuento porque tú ya lo viviste, me da vergüenza decirte’. La comunicación es querer que el otro sea mi amigo, mi amiga. ‘Apóyame, quiero viajar de mochilera, ¿vamos los dos?’. Mientras hay comunicación hay complicidad”.

¿Hay una diferencia de edad ideal para las parejas?

Brito aconseja de forma contundente, antes de entrar a una relación, independiente de la diferencia de edad, que ambos deben ser, primero, conscientes de que no existan los conflictos descritos en el apartado anterior. “Y entender que las relaciones son el encuentro de lo posible, no de lo imposible”.

Una pareja que Brito considera ejemplar como una unión saludable, a pesar de una diferencia de edad de dos décadas, es la conformada por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y su esposa, Brigitte Trogneux, quien es mayor a él por 24 años. Se conocieron en un taller de teatro dirigido por Brigitte cuando era profesora en la secundaria donde él estudiaba. Ella tenía entonces 40 años y él 16. Se casaron en el 2007, cuando ella tenía 54 y él 30. “Son personas sumamente felices, él emana felicidad y ella también. Se conocieron cuando era su profesora, pero se casan cuando ambos han vivido su historia personal, y tienen el criterio para tener en una relación”.

No obstante, añade la psicóloga clínica y terapeuta, hay una diferencia de edad ideal para las parejas. “Hay un margen de edad que personalmente considero ideal a nivel psicológico y es de 9 años. No hay mucha diferencia, a esas personas no les cuesta encontrar temas en común. Hay más compatibilidad para los deseos y para las distracciones, el sexo va como al mismo nivel”.

Por eso, recalca la especialista, lo más importante para una relación es la compatibilidad, y la edad no tiene que ver necesariamente con eso. “Tiene que haber primero madurez, que no se da por la edad física, y luego autenticidad dentro de los sentimientos, que sean conscientes de que no hay un conflicto en su relación, que se trata de una relación de felicidad”.

En su experiencia, reconoce Brito, a mayor diferencia de edad las relaciones se complican, porque van creciendo y ganando más años, entonces van cambiando los grados de aceptación a nivel personal y social. Por ejemplo, una persona de 80 años ya no puede seguir el ritmo de una de 30 o 40.

“Cuando la diferencia es demasiado grande creo que la relación dura un momento, porque tienen dificultades dentro del mantenimiento a largo plazo. Pero tampoco veo el inconveniente de que viva con una pareja por un tiempo limitado. Lo veo como un acuerdo de querer vivir con el otro y hacerlo, sin la necesidad de plantearse si tiene que ser para toda la vida. Incluso en las relaciones que tienen la misma edad, eso se va dando en el transcurso del comportamiento y de la historia de la pareja”.

Brito aprovecha esta coyuntura para recordar una de las máximas de su consulta: El amor es en libertad. Eso significa, dice, que no tiene barreras y los dos no tienen ataduras con alguien más. “O si tuvo ataduras, ya ha tenido un cierre, una separación de años. El amor en libertad es independiente, cada uno tiene su trabajo, su historia de vida, sus medios, no tienen necesidad de depender del otro ni se enamora de alguien para probarse socialmente”.

Diferencia de edad no es lo mismo que grooming

El grooming (término en inglés que alude al trato que se le da a una mascota) es una práctica, hoy asentada en internet, en la que un adulto miente para tener contacto con un niño, niña o adolescente hasta establecer confianza, manipularlo y llegar a un plano con fines emocionales, sentimentales y sexuales. “Genera una situación de salud mental y sexual en el sujeto víctima”, detalla el psicólogo Rodolfo Rodríguez. “Aquí la diferencia etaria sí genera un serio problema. Es una práctica ilegal, insalubre y nada beneficiosa, en lo absoluto”. (I)