Un grupo de investigadores se adentraron al río Napo, en la Amazonía peruana, cerca de la frontera ecuatoriana, en 2018. Encontraron el cráneo fosilizado de una nueva especie de delfín de río gigante que nadó por las aguas del río Napo, que atraviesa tanto Perú como Ecuador, hace 16 millones de años.

El fósil, que ahora está en el Museo de Historia Natural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en Lima, Perú, representó una sorpresa para los científicos, que se esperaban encontrar restos de cocodrilos. Determinaron que el defín descubierto, bautizado como Pebanista yacuruna, habría medido más de 3 metros de longitud, convirtiéndolo en el delfín de río más grande de la historia.

Una persona toma una fotografía a un cráneo de 16 millones de años expuesto en el museo de Historia Natural, el 21 de marzo de 2024 en Lima (Perú). EFE/ Paolo Aguilar Foto: EFE

“Este animal pudo haber llegado a mayor tamaño y eso es muy interesante porque el tamaño es un reflejo de la cantidad de recursos que había en la época y de la dimensión del hábitat en el que vivía”, señaló a EFE Rodolfo Salas, paleontólogo y jefe de la expedición, agregando que hace millones de años el Amazonas pudo haber sido un lugar aún más rico.

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Los científicos creen que, debido a características como su hocico largo y dientes cónicos, Pebanista yacuruna se habría alimentado de peces acorazados.

El análisis del fósil, recogido en una publicación científica, también fue motivo de sorpresa: encontraron que Pebanista yacuruna es un pariente cercano del delfín del río Ganges, Platanista gangetica y no del delfín del río Amazonas, Inia geoffrensis, como habían pensado.

“Sabemos que el platanista y el pebanista estaban probablemente distribuidos en todo el océano. Entonces, incursionaron en ambientes fluviales tanto en la Amazonía como en la India. Y así es como estos dos animales cercanamente emparentados estuvieron viviendo en zonas muy alejadas”, explicó el científico a EFE.

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También señaló que esa zona del río Napo es poco explorada, y que planea volver con un equipo investigativo. Sin embargo, indicó que es difícil predecir los fósiles que se vayan a encontrar en las riberas, pues las aguas del río las erosionan, provocando que los restos poco a poco se desprendan, terminando en el fondo del cuerpo de agua. (I)