Conocido como hornero en otros países de América del Sur como en Argentina, donde es el ave nacional, nuestro ollero montuvio (Furnarius cinnamomeus) es una especie diferente y endémica de la Costa de Ecuador ya que se lo encuentra exclusivamente desde la frontera con Colombia hasta el norte del Perú, tal como se ve en mapa adjunto, y a pesar de no ser tan vistoso en sus colores, a mí me pareció desde niño un pájaro espectacular por su caminar elegante, con la cabeza tirada para atrás y como marchando en un desfile.

Vive siempre en pareja, la cual conserva toda su vida, de 4 a 5 años. Causa gran alegría oirlos cantar a dúo y verlos caminar en el suelo, tanto en el campo como en los parques de ciudades donde busca su alimento consistente en insectos como grillos, mariposas, moscas o invertebrados como gusanos, lombrices, lagartijas.

Su característica excepcional, por la que es reconocido como el arquitecto de los pájaros, es su fabuloso nido en forma de olla, que construye con su pico, en unos cuatro días. Usa barro, vegetales y piedritas. Con una perfección increíble y construyendo interiormente un tabique o pared en espiral para impedir la entrada de lechuzas u otros depredadores, dejando al fondo la recámara para poner y empollar sus cuatro huevos, nido que resistirá sin daños el viento, el sol y las torrenciales lluvias, y llegando a pesar hasta 10 libras.

Los montuvios tienen innumerables cuentos y leyendas sobre el ollero y le llaman también el pájaro reloj, ya que es infallable y puntual para cantar a las 6 de la mañana y a las 12 del mediodía. También dicen que los nidos abandonados dan buena suerte, y los conservan como adornos en sus casas.

Ollero montuvio del Ecuador que alegras nuestros días en el monte y la ciudad, te agradecemos por tu canto y la hora diaria y te dedicamos este poema del recordado poeta manabita Elías Cedeño Jervis, del 18 de agosto de 1965:

El ollero

De plumaje pajizo y de porte altanero

para marcar el tiempo es puntual campanero

como diestro albañil tiene lista la masa,

paja y barro mezclando, este genial ollero

para hacer en la horqueta de algún árbol su casa.


Se turnan en pareja: una va y otro viene

acarreando la arcilla desde el suelo a la altura,

y poco a poco surge la cónica estructura

de la fresca mansión que forma de iglú tiene.


Copia de yacta o casa de indígena,

un corredor curvado en espiral…

al fondo, la cavidad del nido.

en cuestion de 3 días, todo habrá terminado…

ya tendrán su vivienda pillaja y su marido.


Mientras la hembra empolla los huevos,

a la puerta de centinela funge el macho,

y si un villano depredador nocturno se acerca,

en son de alerta con su alarido en clave

denunciará al tirano.


Y cuando los pichones a volar aprendieron

la casita abandonan

que luego en el invierno

la vestirá de verde la paja retoñada.


En la nueva estación levantará otro alero

y elevará su canto a la azul madrugada,

este reloj con alas: el familiar ollero. (F)