Uno de los primeros confirmados para Soy el mejor 2024 (TC Televisión), su temporada con famosos extranjeros, fue el modelo e instructor personal brasileño Cezar Augusto. Fue el anuncio que causó más revuelo pues se trata de la pareja de la Miss Ecuador 2018 Virginia Limongi y padre de su hija Virgina María. Y hasta ahora había permanecido alejado de los medios ecuatorianos. Tras cuatro años residiendo en el país, este es su gran salto a la pantalla local.

“Aprendí que he pasado por muchas cosas en mi vida. Hablando con Virginia decidimos que puedo aprender, intentar algo nuevo para mostrar a todos que podemos hacer cosas que no hacemos, que en mi caso es bailar. Mi familia nunca me ha visto bailando, me ha visto cantando”, contó Augusto en una entrevista breve antes del estreno del reality de baile.

Cierto es que otra sorpresa del atleta, originario del estado sureño de Santa Catarina, es que ha declarado, sin tapujos, que no baila nada de nada. Nada. Nunca ha bailado, porque le da vergüenza hacerlo. En su presentación el mes pasado como nuevo participante de SEM, en efecto, Augusto reveló sin rodeos que no es ducho en la danza. Entonces, ¿cómo espera triunfar en este concurso de baile televisado?

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Su estrategia, compartió, será ganarse el cariño del público y favorecerse con sus votos. “Yo espero recibir el apoyo de la gente ecuatoriana, porque yo me siento ecuatoriano ya, me encanta este país. En el camino iré aprendiendo”, cuenta Augusto en una entrevista breve antes del estreno del reality de baile. Esa seguridad le rindió frutos en su primera presentación.

Cezar Augusto fue uno de los primeros participantes en inaugurar la pista de baile, cuando la flamante entrega del show se estrenó el martes 6 de febrero. El catarinense llegó al estudio en su querida moto (le encantan las motocicletas, reconoce, así como el fútbol y entrenar con pesas) y protagonizó una coreografía con un mix de temas, incluyendo un trend de TikTok.

Los jueces coincidieron que, a pesar de la falta de experiencia, su desenvolvimiento fue bueno. “Hay potencial”, sentenció Paola Farías, quien lo calificó con 7. Mafer Ríos dijo que el hombre “se merece un 10″, como concluyó el público, que igualmente le dio una nota de 10.

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Y tal es su confianza que no le preocupa lo que puedan decir los cronistas de farándula de su desempeño, ahora que se vuelve un personaje mediático. “No tengo miedo de nada, solo me preocupa mi familia, si la prensa rosa ecuatoriana es un poco fuerte”, afirmó el entrenador personal, asegurando que ha pasado por experiencias realmente graves en su historia personal.

“Ya pasé por sucesos mucho más fuertes en mi vida. Provoqué un incendio en mi casa, cuando tenía 6 años prendí una vela y esa vela hizo que se quemara todo. Tuvimos que empezar de cero. Perdí todo en la vida (en ese momento), así que ya no tengo miedo de nada”.

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Entre las expectativas del brasileño está poder destacarse con las canciones en portugués, porque puede comprender lo que baila. “Creo que va a ser difícil el reguetón, porque soy muy duro de las piernas”, contrastó. De hecho, la jueza Yadira Ramón le recomendó moverse frente a un espejo, “para que afloje”. Es que “esas caderas hay que aflojarlas”, dictaminó la maestra de baile.

Cezar Augusto admitió que para algunos puede sonar un poco fuera de lo común oír a un brasileño que diga que no le gusta bailar. Brasil tiene una desmesurada fama como un país bailarín. Para muestra, el Carnaval de Río. “Nunca he bailado samba, no me ha gustado bailar, porque me da vergüenza no saber bailar. Si voy a una fiesta, me quedo parado o conversando... Pero también hay muchos ecuatorianos que no les gusta el encebollado”, bromeó.

Por eso, a más de ganarse el cariño del público, Augusto ratifica su compromiso de aprender y esforzarse lo que más pueda. “Quiero disfrutar mucho y crecer como persona. Que mi familia pueda ver que puedo aprender algo nuevo, que mi hija crezca y vea cuánto me dediqué a esto y pueda tener a su papá como espejo”. (E)


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