La presidenta de la Cámara de Industrias, Caterina Costa, acepta que los residuos que se generan han crecido incluidos los de plástico de un solo uso, pero asegura que aquello debe ser atendido de forma integral. “No se puede utilizar un material como chivo expiatorio porque está de moda sino que la solución de fondo parte de dos temas, la educación y la cultura de las personas y cómo se logra que estos desechos regresen a las industrias”, asegura.
Un punto de arranque para generar una mejor cultura de reciclaje sería separar al menos los desechos orgánicos de los no orgánicos, agrega Costa. El reciclaje será clave para que la industria pueda cumplir la ordenanza aprobada por el Concejo Cantonal de Guayaquil que otorga plazos para que los fabricantes de productos de plástico de un solo uso incluyan material reciclado en sus procesos.
La ambientalista Inés Manzano, quien impulsa un proyecto de ley en la Asamblea al respecto para que sea aplicable a nivel nacional, cree que se deben establecer plazos diferenciados, considerando ciertas excepciones para dar tiempo a la industria a que encuentre otras opciones con investigación e innovación. “Ecuador podría ser un país libre de plásticos de un solo uso de aquí al 2030, es un buen tiempo para buscar salidas a las excepciones que puedan presentarse”.
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Thalía López, una estudiante de ingeniería ambiental de la Universidad de Cuenca, elaboró platos con hojas de la planta de banano y de la almendra en su casa. Lo hizo como parte de un ejercicio que surgió en clase. Cuenta que invirtió $0,35 por cada unidad. “Es viable, el problema es cómo llegar a un mercado porque la gente está acostumbrada a usar ese tipo de plástico de un solo uso que es mucho más barato. Pero si se producen a gran escala, con la maquinaria, los precios podrían disminuir”. (I)