Cuando la escritora mexicana Carmen Boullosa releyó la famosa obra de León Tolstói, Ana Karenina, se hizo varias interrogantes, pero la principal siempre fue: ¿Qué habría sucedido si esta mujer adúltera y suicida, cuya historia se desenvolvió en el imperio ruso de los años 1800, se hubiera convertido en una escritora?

En dos pasajes del libro de Tolstói se cuenta que Ana Karenina ha escrito un libro y que un editor tiene la intención de publicarlo, pero ella desiste de hacerlo ya que no estaba listo y este luego desaparece. “Yo pensé que había algo allí un poco injusto, que una mujer que había escrito un libro, y que el libro era muy bueno, pudo haber hecho una vida profesional de escritora y hubiera tenido un desenlace diferente”, señala la autora que se inspiró en este personaje del escritor ruso para desarrollar El libro de Ana, la novela en la que reescribe el libro que, según el mismo Tolstói, alguna vez hizo Ana Karenina.

Boullosa, quien trajo la obra esta semana a la FIL de Guayaquil, señala que imaginó “qué había ocurrido con ese primer libro de Karenina que ella consideraba aún no terminado”. El mismo Tolstói describe la obra de Ana Karenina como un libro para jóvenes.

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La autora de La otra mano de Lepanto (2005) explica que la reescritura del posible libro de Ana Karenina es una especie de justicia a este famoso personaje. “Ya que yo le regresaba a ella el manuscrito, quise regresarle a ella a sus hijos ya adultos, treinta años después de la muerte de Ana Karenina, de su suicidio, un suicidio que por cierto tiene algo de involuntario, parece un poco accidente, está un poco enloquecida, no queda muy claro si en realidad ella se arroja a las rieles del tren o el tren la golpea porque ya ella pierde un poco el control de su cuerpo”.

El libro de Ana se divide en cinco partes que incluyen capítulos breves. Dos fases se desarrollan en un lapso de 48 horas, entre el sábado 8 y domingo 9 de enero de 1905, conocido como el ‘Domingo sangriento’ por la represión de la Guardia Imperial contra manifestantes pacíficos que pedían mejores salarios.

Las otras partes de esta novela se desenvuelven en un tiempo menos preciso, también en capítulos cortos, a excepción de la cuarta, que es el libro escrito por Karenina según lo imaginó la autora de Las paredes hablan (2010). “En el centro está la turbulenta novela de esta mujer alterada, una mujer insatisfecha, una mujer en láudano, una mujer que había perdido literalmente la caneza”, apunta Boullosa.

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La mexicana cuenta que este proceso “delicioso, por la relectura de la obra y por adentrase en las cartas de Tolstoi”, le permitió conocer a una Ana Karenina que no se había atrevido a descubrir cuando en su juventud leyó la obra del famoso escritor ruso.

“Descubrí lo inteligente que era, que yo no había apreciado de adolescente, no me había dado cuenta de lo inteligente que era, de lo valiosa que era, la fuerza que tenía, ni tampoco algo que la gente no menciona de Ana Karenina y es que se inspiró en ella Tolstói cuando conoció a la nieta del Negro del Zar, un ingeniero francés muy conocido”.

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Comprendí la tragedia de ella (Ana Karenina) de haber perdido a su Sergio, a su hijo mayor, que lo deja para irse con Bronsky. Comprendí muchas cosas... fue un encuentro muy hermoso y la quiero.

(I)