Msc. Rafael Montalván Barerra
Especialista en lengua y literatura

Mario Vargas Llosa, en las voces narrativas de su novela ‘¿Quién mató a Palomino Molero?’, emplea estilos directo, indirecto e indirecto libre, además de diálogos comprimidos y polifonía, en un entramado narrativo que le permite seguir los diálogos de varios personajes a la vez; Gabriel García Márquez, en su novela ‘Crónica de una muerte anunciada’, presenta una técnica elaborada que responde a una arquitectura narrativa compleja.

En ella maneja el concepto de acronía para vitalizar un discurso que también da cabida a los estilos indirecto, testimonial, referencial,…, dentro de las líneas mayores de la tensión de la historia.

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En ambas novelas se develan los eventos de acuerdo a la acción progresiva de sus actuan

tes, mediante la utilización vigorosa del discurso que es -quizá- el mayor aporte literario para lectores exigentes.

El tiempo psicológico se aloja en referentes inferenciales como la anécdota del probable origen del nombre del pueblo donde vive doña Lupe (Amotape), en la obra de Vargas Llosa; mientras que en García Márquez se lo infiere en algunos referentes como la llegada de Ibrahim Nasar al pueblo a construir su vida.

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En ambas propuestas narrativas aparecen lugares para consumo de licor y de exposición de hetairas con elementos etnocentristas: el bulín de chino Liau y el pisco, y la morada de María Alejandrina Cervantes y el trago de caña.

El clima en cada ámbito es caluroso, propio de la parte norte del Perú y de Colombia.

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Son muchas las aproximaciones entre todas las novelas aludidas. (O)