Cuando la soprano Viviana Rodríguez formó en 2016 la Compañía de Ópera Nápoli se planteó un firme propósito: ser otra plataforma para que quienes se formaron como cantantes líricos en los distintos conservatorios guayaquileños, puedan acrecentar su experiencia.

“Un cantante lírico al terminar sus estudios, su próximo paso son las tablas para seguir creciendo como artista y cantante. Sin embargo, si un cantante lírico desea cantar en una ópera es necesario que pase por audición para demostrar si su nivel vocal y musical está listo para cantar ópera a nivel profesional”, cuenta Rodríguez que en julio presentó tres funciones de
, una ópera bufa en dos actos con música de Gaetano Donizetti y libreto en italiano de Felice Romani.

Afirma que a más de crearse más compañías de ópera como estas en la ciudad, hace falta más apoyo de entidades tanto públicas como privadas.

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Con mucho apoyo de ambos lados contó , que en abril fue presentada por la Orquesta Sinfónica de Guayaquil. Para su director, Dante Santiago Anzolini, esta fue una hazaña titánica. En una entrevista pasada, dijo que Guayaquil tiene el talento y la capacidad operática para ejecutar obras de este tipo, pero lo que en ese entonces hacía y que siempre hará falta es presupuesto. Antes de terminar el año le apostará de nuevo a la ópera, esta vez será , con música de Giuseppe Verdi y libreto de Francesco Maria Piave. (I)