A las 19:00, en el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE) Benjamín Carrión, se abre la quinta Edición del Festival Latinoamericano de Cine de Quito (Flacq). La cita se inaugura con la película argentina La cordillera, de Santiago Mitre. El filme es protagonizado por Ricardo Darín y contará con la actuación del ecuatoriano Alfredo Espinosa.

Diego Coral, ecuatoriano, de 34 años, director de la Cinemateca de la CCE, está también a cargo de este encuentro que se hará hasta el 10 de junio, en el que se proyectarán, en siete sedes de la capital, 41 largometrajes y 21 cortometrajes, provenientes de 14 países latinoamericanos.

¿Cuál es el propósito que persigue este festival?
Uno de los primeros objetivos es posicionar al cine latinoamericano dentro del país; luego, ser el festival que sirva como el primer espacio de exhibición de los estrenos de las producciones ecuatorianas, para después de esto arrancar con su circuito de exhibición en otros países. Buscamos convertirlo en un festival destino de películas latinoamericanas.

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¿Cómo toman los cineastas ecuatorianos el festival?
Con entusiasmo. Durante estos cinco años han pasado muchos cineastas mostrando sus películas, muchas de ellas han sido estrenos. Los cineastas ven con entusiasmo este festival y lo apoyan. La posibilidad de ver un cine no convencional en Quito siempre es atrayente.

Y el premio que se otorga en este festival es de 1.000 dólares...
Sí es una lástima. Y es un tema netamente presupuestario. En los dos últimos años ha habido recortes importantes en cultura y los apoyos que hemos podido conseguir han sido menores a los anteriores años. Y, en este sentido, hacer un festival es casi un milagro. Los costos que requiere este evento son altos, pero el hecho mismo de que se realice ya es un premio. Y en esas circunstancias otorgar un premio económico es, de alguna manera, más significativo todavía.

¿Usted ha podido dormir bien, antes de un festival tan importante como este?
(Se escuchan risas de su parte). Por suerte tenemos un equipo de trabajo bien armado. La Casa de la Cultura está totalmente vigilante del festival, con la Cinemateca, con el equipo de comunicación, con equipos de teatro, publicaciones; el equipo de producción que trabaja con toda su gente. Entonces, yo sí puedo dormir, no sé los demás...

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¿Cuántos años lleva usted viendo cine?
Viendo cine con pasión desde los 15 años de edad, es decir, casi 20. He visto muchas películas, aunque no me considero un cinéfilo. No soy un empedernido de ir al cine mañana, tarde y noche; ¿en los festivales colgarme las 20 películas diarias?: no soy así. (I)