En el mundo vertiginoso de hoy nadie está exento de experimentar episodios de estrés. Ni los niños se libran de padecer estados de ansiedad, depresión o indigestión a causa de esta condición.

Se dice que el estrés es una reacción fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante.

Hay datos clínicos que indican que si su intensidad y duración son prolongadas, puede producir alteraciones considerables en el cerebro, o provocar otras patologías graves como infartos. Un estudio de la Universidad de Oxford en Reino Unido que evaluó a 700.000 mujeres durante casi una década, dio como resultado que 48.314 murieron por estados de tensión.

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La Organización Mundial del Trabajo (OIT), en un estudio elaborado en 2005, señala que las mujeres hacen doble jornada laboral, porque además de trabajar atienden la casa y la familia, siendo dos veces más propensas a sufrir riesgos coronarios.

A decir del doctor Eduardo Pactong, asesor científico de Difare, el estrés laboral es una de las patologías más comunes a nivel mundial y las cardiopatías y la depresión provocadas por este mal dan lugar a crecientes tasas de enfermedades y bajas laborales.

Para contrarrestar de alguna manera todos estos males, el galeno recomienda ejercicio físico y de recreación, establecer prioridades claras, planificar objetivamente las actividades diarias, delegar responsabilidades, aprender a decir no a compromisos que no se podrán cumplir y evitar el tabaco y alcohol. (F)