Dr. Eduardo Santillán
Ph.D. Neuropsiquiatra-Terapeuta

Existen una serie de consejos que ayudarán exitosamente a que la familia posea un nuevo integrante. La llegada al nuevo hogar debe ser lo más tranquila posible. Para el pequeño todo lo que se le presente es nuevo, es comprensible que se muestre con cierto desconcierto, en esos momentos debe hacérsele sentir protegido.

Su habitación debe estar cerca de la de sus padres. Si las fiestas de bienvenida no se pueden evitar, es necesario procurar al menos que el niño no vaya de mano en mano. Tampoco es conveniente abrumarle de regalos, porque seguramente estará acostumbrado a poseer lo mínimo. Identifique algunas palabras que pueden haber sido familiarmente positivas del hogar de donde proviene. Es importante fijarse en la comunicación no verbal: sus miradas, sus lloros, sus expresiones, sus actitudes, sus aversiones, etc. Sus conductas siempre tienen un significado, e intentar descifrarlo será de gran ayuda. No se debe retrasar en enviar al niño adoptado a una entidad educativa o de resguardo. Los niños adoptados suelen proceder de orfanatos, por lo que están muy socializados con una tipología variada de adultos y de niños, y ya saben lo que es convivir con otros niños. No les angustia ir al centro educativo o la guardería, pero algunos se asustan pensando que los están abandonando de nuevo. (O)