El sueño está controlado por tres cosas: la relación de la oferta y la demanda entre el sueño y la vigilia, el reloj corporal (o ritmo circadiano) y la calma del organismo; y la temporada de vacaciones ofrece una tormenta perfecta que desafía todos estos procesos a la vez y luego hace que sea difícil recuperar el sueño perdido.

En base a esto un estudio de la Universidad de Loughborough, en Inglaterra, determinó que el periodo prolongado de días libres puede alterar los hábitos normales del sueño.

Y es que los días libres, sobre todo en feriados, pueden significar días más largos y atrasar la hora de acostarse, pues la diversión necesita de su tiempo.

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Para no llegar a este desbalance, los expertos recomiendan evitar pérdida de sueño y compensar aquello con pequeñas siestas de media hora, entre el mediodía y las 16h00. (F)